El fundador de Facebook ha informado al Gobierno de que hará lo que sea para implantar su servicio en el país, aunque esto incluya colaborar con las acciones de censura y contra la libertad de expresión del Partido Comunista.
Para los negocios estadounidenses, China representa la tierra de la derrota. Mucha gente esperaba que las empresas tecnológicas de Occidente relajarían el control chino sobre la información. Pero en lugar de eso, estas compañías han participado voluntariamente para censurar la expresión de los ciudadanos. Yahoo proporcionó información a las autoridades chinas sobre los activistas democráticos, facilitando así su encarcelación. Microsoft cerró el blog del prominente activista de libertad de prensa Michael Anti. Google censuró los resultados de búsqueda potencialmente sensibles en China. En 2006, esas tres empresas declararon ante el Congreso de Estados Unidos y fueron acusadas de mantener “una enfermiza colaboración” con el Gobierno chino. Google cerró su motor de búsquedas en China continental en 2010, quejándose públicamente de la censura y la ciberseguridad.
Facebook ha estado bloqueada en China desde 2009, y su red social de imágenes, Instagram, fue bloqueada en 2014. Antes se creía que sería desastroso o imposible que la red social se adentrara en el país, y algunos expertos en China aún lo creen. Pero ahora parece probable que Facebook entrará en este territorio asiático.
El fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, ha informado a Pekín (China) de que está dispuesto a hacer lo que haga falta para introducirse en el país. “No es un sí, es un cuándo”, afirma el que fue el primer director de políticas públicas de Facebook, Rim Sparapani, y ahora dirige la consultoría SPQR Strategies. Facebook rehusó hacer comentarios para este artículo, pero Zuckerberg dijo el año pasado: “No se puede tener la misión de querer conectar a todo el mundo y obviar el país más grande”.
Una década después de la esperanzada pero desgraciada entrada de Google en China, puede que a las empresas extranjeras de internet el mercado chino ahora les parezca incluso más atractivo, aunque igual de impenetrable. El número de usuarios digitales chinos ha ascendido hasta unos 700 millones, un valioso recurso sin explotar para las empresas estadounidenses con saturados y altamente competitivos mercados nacionales. Pero los esfuerzos del Partido Comunista por controlar la información también se han intensificado. Además del “Gran Cortafuegos” que bloquea el acceso a páginas webs extranjeras, legiones de censores humanos, de los cuales muchos trabajan para empresas de internet, vigilan los blogs y las redes sociales nacionales. Y una empresa extranjera ahora tendría que competir con los gigantes de internet chinos. WeChat, una app de mensajería del gigante Tencent, tiene cientos de millones de usuarios.
Está claro que Zuckerberg cree que China merece la pena, incluso si eso significa dejar de lado algunos “valores occidentales”. Este año, viajó hasta Pekín y mantuvo una reunión muy mediática con el director de propaganda de China, Liu Yunshan. La prensa estatal china informó de que el fundador de Facebook alabó los progresos de internet de China y prometió colaborar con el Gobierno para crear un mejorado ciberespacio. Liu subrayó la noción de una gobernanza de internet “con características chinas”. La traducción estaba clara: la versión china de Facebook desde luego sería censurada. La visita de este año fue una especie de secuela. En 2014, Zuckerberg recibió al ministro de la Administración del Ciberespacio de China, Lu Wei, en la sede central de Facebook. El libro del presidente Xi Jinping The Governance of China (La gobernanza de China) se encontraba casualmente encima de la mesa de Zuckerberg.
A esta ceremonia de cortejo no le han faltado los momentos incómodos. Cuando Zuckerberg subió una foto de si mismo haciendo jogging alegremente por la neblina contaminada de la Plaza de Tiananmén este año, las redes sociales chinas se mofaron de él. Pero en general, lo está haciendo bien, según el director del Centro Chino John L. Thornton del Instituto Brookings, Cheng Li. El experto afirma: “Los líderes chinos prestan mucha atención a las relaciones personales. Creen que Mark Zuckerberg es amigo de China. Tiene éxito. Se muestra abierto a la cultura china. Su mujer es china. Habla chino. ¿Qué más se puede pedir?”
A su servicio
Facebook aún tendrá que superar las preocupaciones de Pekín de que podría desestabilizar la autoridad del Partido Comunista. Los medios de comunicación que describieron la Primavera Árabe como la “Revolución de Facebook” no le hicieron ningún favor a la empresa. Y los documentos filtrados por Edward Snowden alimentaron las sospechas chinas de que las empresas tecnológicas estadounidenses mantienen “puertas traseras” para la vigilancia gubernamental estadounidense.
Pero el potencial de Facebook de ayudar a los negocios chinos a volverse globales podría llevar a Pekín a considerar la empresa como un beneficio neto positivo. Ya vende publicidad a empresas chinas para mostrarla fuera del país, pero lanzar una versión de Facebook en China podría fortalecer los vínculos entre empresas chinas y sus clientes extranjeros.
El hecho de que China ahora disponga de sus propias empresas de redes sociales, ya maduras, podría aliviar las reticiencias del Gobierno chino. La empresa tendría pocas probabilidades de desplazar a los servicios dominantes como el omnipresente WeChat, que se ha arraigado en China de una manera que pocos fuera del país realmente aprecian. La gente utiliza WeChat no sólo para comunicarse sino para realizar compras, encargar taxis y pedir cita con el médico. En Estados Unidos uno puede decir: “No tengo Facebook”, y seguir representando un miembro funcional de la sociedad. Evitar WeChat en China resulta mucho más complicado.
Facebook no tiene por qué desbancar a WeChat para triunfar. Captar una fracción relativamente pequeña del enorme mercado chino de internet podría generar importantes ingresos. La empresa debería poder diferenciarse al abrir una ventana un mundo más amplio. “WeChat no puede competir en ese dominio”, asegura Cheng del Instituto Brookings. “Facebook es una marca global. WeChat es una marca china”, añade.
Google podría presentar un argumento similar. A pesar de cerrar su motor de búsquedas chino en 2010, Google aún vende publicidad en China. El antiguo director de expresión libre para Asia y el Pacífico de Google, Lokman Tsui, que ahora es profesor adjunto de la Universidad China de Hong Kong, dice: “Si una empresa china quiere llegar a un público global, Google sigue siendo una muy buena opción”.
El pasado mes de junio, el CEO de Google, Sundar Pichai, dijo que quería que la empresa volviera en toda regla al país. En la Conferencia Código afirmó: “Queremos estar en China, sirviendo a clientes chinos”. Tsui dice que hay “rumores” de que la Play Store de Google podría entrar en China (la empresa rehusó hacer comentarios). El sistema operativo móvil Android de Google es increíblemente popular en China, pero la capacidad de la empresa de extraer ingresos desde esa posición es limitada porque la Play Store no está disponible.
Pero la triste historia de Google con Pekín es un considerable obstáculo. “Desde luego no se fían de ellos”, afirma el antiguo director de comunicaciones internecionales del motor de búsquedas chino Baidu y ahora presentador del podcast Sinica de la start-up de medios de comunicación centrada en China SupChina, Kaiser Kuo. Esta respetada voz sobre temas de internet en China cree que las perspectivas de Facebook parecen prometedoras. El experto afirma: “Es probable que entren con algunos de sus servicios principales dentro del próximo año. Existe una interacción de perfil bastante alto entre altos funcionarios chinos y la dirección de Facebook. No se pueden ignorar esas señales”.
Adaptarse
Si Facebook acaba recibiendo luz verde de Pekín, aún habrá preguntas completas por resolver sobre las condiciones del servicio. ¿Tendría que colaborar el país? ¿El Gobierno chino obligaría a Facebook a alojar los datos dentro de China para el acceso a ellos por parte de las autoridades?
Algunos retos técnicos ya están claros. Facebook quiere incluir a todos en su red, pero a los usuarios chinos se les ofrecería experiencias muy distinta a las de sus amigos de otros países. Sparapani, el antiguo director de políticas de Facebook, sostiene que esto no debería ser demasiado difícil. “Se puede ‘geovallar’ casi cualquier cosa”, dice. Por ejemplo, Facebook ya modifica ocasionalmente lo que los ususarios pueden ver en su página en función de su país. En 2015, bloqueó una foto de las víctimas de un ataque terrorista en Francia, y sólo en Francia. Ese mismo año, la foto de un niño que orinaba sobre la bandera india fue bloqueada en la India. Tras recibir una solicitud de la Comisión de Juegos de Reino Unido, Facebook restringió el acceso en Reino Unido de grupos que promocionaban sorteos.
Censurar regularmente a los activistas democráticos chinos generaría una controversia mucho mayor. Los acercamientos de Zuckerberg a China ya han generado cierta alarma. Su reciente viaje a Pekín provocó tuits con la etiqueta #suckerberg [NdT: un juego de palabras basado en el término anglosajón sucker, que podría traducirse como pringado] pero no parece importarle. Si le preocuparan las acusaciones de arrimarse demasiado a China, entonces no habría pedido al presidente Xi Jinping ponerle un nombre chino a su bebé (Xi rehusó) ni habría mantenido una actitud tan públicamente amistosa con su director de Propaganda.
A Zuckerberg le gusta decir que Facebook existe para “hacer del mundo un lugar más abierto y conectado”. China representa una parte importante de mundo. Google presentó un argumento similar cuando entró en China en 2006: Es mejor estar allí que no estar allí. Más conectividad está bien, incluso si hay que hacer algunos sacrificios de camino, como participar en la censura china.
¿Convencería este argumento a los estadounidenses? Tal vez no. Los periodistas escribirían artículos mordaces. Los activistas y los usuarios de redes sociales vomitarían críticas. Las autoridades estadounidenses podrían expresar inquietudes. Pero la gente seguiría utilizando Facebook.
*Emily Parker ha cubierto China para ‘The Wall Street Journal’ y ha sido consejera del Departamento de Estado de Estados Unidos. Es la autora de ‘Now I Know Who My Comrades Are: Voices from the Internet Underground’ (Ahora sé quiénes son mis camaradas: Voces desde el submundo de internet).
Fuente:technologyreview.es