La visita del vicepresidente estadounidense a Dachau se produce tras recientes críticas contra la Casa Blanca sobre la omisión de los judíos en la declaración por el Día Internacional del Holocausto.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence hizo una sombría visita al campo de concentración de Dachau el domingo, caminando por el lugar en el que perecieron decenas de miles de personas durante la Segunda Guerra Mundial.
Más de 200,000 personas de toda Europa estuvieron en Dachau, y más de 40,000 prisioneros fueron exterminados allí. El campo fue liberado por las fuerzas estadounidenses en abril de 1945.
Pence estuvo acompañado por su esposa, Karen Pence, y su hija Charlotte de 23 años de edad, quienes visitaron las exposiciones en el antiguo campo de concentración establecido por los nazis cerca de Múnich en 1933.
Junto con Abba Naor, sobreviviente del campamento, y otros dignatarios, el vicepresidente atravesó la puerta de hierro forjado que llevaba la inscripción “Arbeit macht frei” o “El trabajo te hace libre”. La familia Pence colocó una corona debajo del monumento internacional en el centro del campamento, recorrió el cuartel y vio los hornos en el crematorio.
El vicepresidente participó en la Conferencia de Seguridad de Múnich un encuentro anual de diplomáticos y funcionarios de defensa y este domingo viajó a Bruselas para reunirse con funcionarios de la OTAN y de la Unión Europea.
En 2015, el entonces vicepresidente estadounidense Joe Biden visitó el sitio con su nieta durante un viaje a Alemania.
La visita de Pence a Dachau se produce tras una reciente protesta por la omisión de los judíos en la declaración del presidente Donald Trump por el Día Internacional del Holocausto.
“Con gran tristeza y memoria lúgubre, recordamos y honramos a las víctimas, sobrevivientes, héroes del Holocausto. Es imposible comprender a fondo la depravación y el horror infligidos a gente inocente por el terror nazi,” afirmó el presidente en un comunicado.
Al preguntarle por qué no se mencionó a los 6 millones de judíos asesinados durante el Holocausto, la portavoz de la Casa Blanca, Hope Hicks respondió: “somos un grupo increíblemente inclusivo y tomamos en cuenta a todos los que sufrieron,” apuntando a “sacerdotes, gitanos, personas con discapacidades mentales o físicas, comunistas, sindicalistas, testigos de Jehová, anarquistas, polacos y otros pueblos eslavos, así como combatientes de la resistencia” como otras víctimas del Holocausto.
En respuesta a la declaración, varias organizaciones judías estadounidenses, como la Liga de Anti-Difamación, la Organización Sionista de América y la Coalición Judía Republicana condenaron el hecho de que el gobierno no mencionara el exterminio de judíos durante el Holocausto.
Durante una conferencia de prensa conjunta este miércoles, el primer ministro Benjamín Netanyahu defendió al presidente estadounidense y “a su pueblo” contra las acusaciones de antisemitismo, diciendo que “no hay mayor partidario del pueblo judío y del Estado judío que Donald Trump”.
Aunque Trump evadió una pregunta de un reportero sobre el creciente antisemitismo durante la conferencia de prensa, el presidente de Estados Unidos reconoció el sufrimiento del pueblo judío durante el Holocausto en su declaración de apertura: “nunca olvidaremos lo que el pueblo judío ha soportado,” dijo, aclamando a los judíos por su “supervivencia ante el genocidio”.
A pregunta expresa del periodista ultraortodoxo Jake Turx durante una conferencia de prensa al día siguiente sobre cómo su administración planeaba enfrentar el antisemitismo, Trump enfureció y acusó a su interlocutor de deshonestidad. Al parece, creyó equivocadamente que estaba siendo acusado de antisemitismo. Trump hizo referencia al apoyo de Netanyahu e insistió: “Soy la persona menos antisemita que hayas visto en toda tu vida”.
Tras el incidente, Turx defendió a Trump diciendo a Fox News: “es muy injusto lo que se le ha hecho y entiendo por qué está tan a la defensiva. Yo estoy con él en su indignación por ser acusado de este antisemitismo”.
Fuente: The Times of Israel