Una firma recientemente descubierta en un libro de visitas arroja nueva luz a la visita de un dirigente nazi a Jerusalén en 1933, un hallazgo que la Biblioteca Nacional de Israel destacó en el día en recuerdo de las víctimas del Holocausto.
La visita, ilustrada por la firma que Leopold von Mildenstein estampó en el libro, testimonia asimismo las ideas cambiantes de los nazis sobre lo que ellos llamaban “el problema judío”, afirman los historiadores.
El resultado fue el asesinato de 6 millones de judíos, conmemorado este jueves en Israel. Mildenstein viajaba en 1933 por lo que entonces se conocía como Mandato británico de Palestina con un amigo judio-alemán, Kurt Tuchler, y sus esposas.
El viaje era parte de su esfuerzo por resolver el “problema judío”, trasladándolos a su patria histórica.
Mildenstein acabaría dirigiendo el departamento de las SS que se ocupaba de los judíos.
Si bien la visita de Mildenstein y su relación con Tuchler está bien documentada -existe una película sobre el tema, “The Flat” (2011)-, su firma y participación en un acto cultural judío eran desconocidas.
“Fue como… guau”, explicó Stefan Litt, archivista responsable de las colecciones alemanas en la Biblioteca Nacional de Israel, sobre el momento en que halló la firma hace unos meses.
Hablando con la AFP el miércoles, Litt narró como luego se fue a buscar más información en el diario del anfitrión del acto, Moshe Yaakov Ben Gavriel, un escritor prolífico y ferviente sionista cuya casa visitó el dirigente nazi.
El movimiento sionista abogaba por la fundación de un Estado judío en la patria bíblica de los judíos, que finalmente se materializó con la creación de Israel en 1948.
Ben Gavriel no estaba seguro de qué pensar de la presencia de un miembro importante del partido gobernante alemán que, al llegar al poder en 1933, comenzó a expulsar a los judíos de la vida pública, dijo Litt.
Mientras que algunos invitados se fueron, otros se quedaron y conversaron con Mildenstein, quien “estaba muy entusiasmado con la construcción que tenía lugar en la tierra, incluso tratando de decir algunas palabras en hebreo y generalmente tratando de actuar de una manera culta”, escribió Ben Gavriel.
Mildenstein defendió hasta 1936 el traslado de los judíos al Mandato británico de Palestina, hasta que fue sustituido en el cargo de las SS por Adolf Eichmann, pieza clave en “la solución final”, el asesinato en masa de los judíos.
Mildenstein, que abandonó las SS pero siguió siendo nazi, y el movimiento sionista compartieron increíblemente un interés, aunque obviamente por diferentes razones, según un experto.
Los nazis “estaban interesados en lo que llamaron distanciarse de los judíos, mediante la emigración”, dijo Moshe Zimmerman, profesor emérito de historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
“Y la emigración con la que podían colaborar más fácilmente era la emigración sionista”.
El cambio fundamental llegó en 1939 con el estallido de la guerra y la ocupación nazi de los países del este de Europa, con sus poblaciones judías.
“Entonces necesitaron ‘una solución’ a mayor escala”, narró Zimmerman. “Hasta la guerra, la ‘solución al problema judío’ se refería a los judíos de Alemania. Cuando la guerra, necesitaron pensar en ‘soluciones’ para judíos de otros lugares también”, concluyó el profesor.
La firma de Mildenstein y su relación con Tuchler sigue siendo “una historia increíble que muestra que nunca, en realidad, la historia es blanco o negro”, sentenció el archivista Litt. “Hay muchos grises en medio”.
Fuente:eluniversal.com.mx