“Echo de menos a todos los que fueron capturados ese día, pero a quien más extraño es a mi padre”, dijo una joven yazidi a la audiencia en un evento especial celebrado por la misión israelí ante la ONU.
El genocidio yazidi de ISIS en Irak comenzó el 3 de agosto de 2014, entonces de 21 años, Marwa Al Aliko, sabía que algo terrible iba a suceder.
Ella, sus padres y siete hermanos trataron de escapar de su casa por la mañana, sólo para ser capturados por militantes ISIS junto con un centenar de otras personas.
“Se llevaron a las mujeres y los niños en los coches y a los hombres caminando”, dijo a la audiencia en un evento especial celebrado por la misión israelí ante las Naciones Unidas el jueves. “No sabíamos qué pasaría con nosotros”.
Hasta hoy, Marwa, que más tarde logró escapar de su cautiverio y la esclavitud con la ayuda de extraños y un tío, explicó que todavía no sabe qué les pasó a los hombres.
“Echo de menos a todo el mundo que fue capturado ese día, pero la persona que más extraño es mi padre”, dijo, a través de su intérprete.
Hoy sueña con convertirse en abogada para luchar por la población yazidi en el ámbito legal.
Al Aliko fue invitada por la Misión de Israel ante las Naciones Unidas, puesto que celebró un evento especial sobre la crisis de refugiados el jueves, centrándose principalmente en el tratamiento del trauma para los refugiados yazidis que han escapado de ISIS y la guerra en Siria e Irak.
El evento, iniciativa de la Delegada Juvenil de la Misión en la ONU Noga Levy, contó con la participación de la Directora de la oficina de la agencia de refugiados de la ONU en Nueva York Ninette Kelley, así como Yotam Polizer de la ONG israelí IsraAID, quien presentó el trabajo que su organización hace con los refugiados en las orillas de Grecia e incluso dentro de Irak.
“Para nosotros, la crisis de los refugiados también ha sido una gran oportunidad de construir puentes”, dijo Polizer. “Con todo el sufrimiento del conflicto, se ha convertido en un activo para desarrollar conocimientos en trauma. La experiencia que hemos desarrollado partiendo de nuestro propio trauma para ayudar a estas personas”.
El embajador de Israel en Naciones Unidas Danny Danon, que abrió el evento, dijo que para él, “Como representante de Israel, el estado del pueblo judío, las historias de estos refugiados son particularmente potentes”.
“El pueblo judío, en su larga historia conoce las dificultades de la experiencia de los refugiados”, dijo. “Así que sentimos verdadera solidaridad con los refugiados de hoy”.
Danon añadió que “muchos jóvenes israelíes, al igual que los jóvenes de todo el mundo, son impulsados por un sentimiento de esperanza”.
“Entrenamos a nuestros jóvenes a salir al mundo para hacer un impacto y lograr un cambio. Los jóvenes representan el espíritu idealista y la esperanza de un futuro mejor para todos”, agregó. “Necesitamos su energía y su espíritu para transformar el mundo, para que los jóvenes como Marwa que comparten los mismos sueños y las mismas esperanzas para el futuro, tengan las mismas oportunidades”.
Fuente: The Jerusalem Post