La periodista Sacha Pfeiffer, ganadora de un premio Pulitzer por la investigación del escándalo de pederastia en la iglesia católica de Massachussets, Estados Unidos, aún no puede creer que Spotlight –la película que cuenta la historia del caso que investigó con sus compañeros del Boston Globe– se ganó el Oscar.
En esta entrevista, especial para BBC Mundo, revela que desde el estreno del film,«muchas más víctimas se presentaron por primera vez».
Desde 2002, sólo en EE.UU. los periodistas del equipo de investigación Spotlight reportaron 17.000 abusos perpetrados por sacerdotes católicos, en un caso que adquirió escala global, revelando un verdadero sistema de encubrimiento en el seno de la Iglesia Católica, que se reproducía con un modus operandi similar en numerosos países.
Pfeiffer ahonda en el rol del periodismo y su deber de «cuestionar con dureza a las instituciones poderosas» y no «mirar hacia otro lado».
Ella espera que este premio no sólo siga alentando a las víctimas a romper el secreto sino también que lleve al Vaticano a tomar las acciones necesarias para que «los curas abusadores rindan cuentas de sus actos».
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-Finalmente el Pulitzer se alzó con el Oscar… ¿Cómo fue ese momento para usted?
Mis colegas de Spotlight y yo estábamos todos en la Ceremonia de la Academia y todavía no puedo creer que ganamos… Eran tantos los sitios especializados que habían hecho predicciones anticipando lo contrario…
–¿Lo vive como un reconocimiento a su trabajo y al poder de hacer buen periodismo?
Creo que el Oscar es un reconocimiento de alcance mundial para el periodismo responsable y para el trabajo de investigación en particular, y el momento en que tuvo lugar el mensaje que implica este premio no pudo haber sido mejor, ya que la industria del periodismo gráfico está pasando un momento de gran riesgo financiero.
Yo tengo la esperanza de que esta película inspire a mucha gente a suscribirse a un diario local o nacional, para recibirlo en su casa o por suscripción digital, ya que ése es el ingreso crítico que hace posible costear esta clase de investigación.
–«Esta película le da voz a los sobrevivientes y el Oscar amplifica esa voz que esperamos se convierta en un coro que resuene desde aquí hasta el Vaticano», afirmó al recibir el premio uno de los productores de Spotlight. ¿Usted cree que el Oscar finalmente agrietará el muro de impunidad que aún rodea estos casos? ¿Cree que el Papa Francisco está haciendo lo suficiente?
La Iglesia Católica ha mejorado sus políticas sobre el abuso sexual por parte de sacerdotes, pero aún tiene mucho por hacer en ese sentido.
Espero que esta película haga que el Vaticano esté más atento para prevenir abusos y para hacer que los curas abusadores rindan cuentas de sus actos.
También espero que este caso le recuerde al público en general la importancia de cuestionar con dureza a las instituciones poderosas y no ser tan condescendientes como para mirar hacia otro lado cuando sospechamos que hay malas prácticas.
–¿Qué impacto ha tenido la película sobre el caso real? ¿Aparecieron nuevas víctimas denunciando abusos desde que se estrenó Spotlight?
Desde que se estrenó la película muchas más víctimas se presentaron por primera vez y muchos sobrevivientes nos dijeron que el film estaba teniendo un efecto empoderador en ellos, especialmente porque muchos creían que eran los únicos que habían sido abusados y por eso mantuvieron en secreto ese abuso por tanto tiempo.
-¿Cómo se siente para un periodista convertirse en la noticia?
-¡Extraño y por momentos muy incómodo! Sin embargo estoy muy entusiasmada con el impulso anímico que tendrá esta película en la industria de los diarios, que está pasando un momento tan difícil en lo financiero y merece que un film celebre la profesión.
–¿Qué le pasó la primera vez que se vió a usted misma interpretada por una actriz?
Cuando vi por primera vez la película, fue surrealista ver a alguien interpretándome con todos mis gestos habituales en una pantalla. Estoy increíblemente impresionada por la cantidad de investigación y trabajo que hizo Rachel McAdams para representarme con tanta exactitud.
–¿Cree que el Cardenal Bernard Law aún sigue siendo protegido por la Iglesia?
Luego de renunciar como Arzobispo de Boston en 2002 le dieron un cargo de alto nivel en una prominente iglesia de Roma, y muchos sobrevivientes de abuso sexual por parte de sacerdotes consideraron esto como algo equivalente a una promoción. Lo sintieron como una verdadera bofetada.
–Durante la investigación una de las víctimas llegó a decirle que no sólo habían violado su cuerpo sino también su espíritu y que le habían robado su fe. ¿Cómo cree usted que cambió sus vidas la tremenda decisión de hacer público el tormento que atravesaron?
A menudo esto fue muy liberador para las víctimas, que fueron lo suficientemente valientes como para revelar sus historias públicamente. Y le dio coraje a muchos otros sobrevivientes para denunciar.
Muchos nos han dicho que la película es un paso más en su proceso de curación.
–¿Cuál es para usted el rol del periodismo?
El periodismo responsable es la clave para una democracia saludable y el buen funcionamiento de una sociedad como tal. Alguien debe hacer las preguntas duras a las instituciones poderosas y ése es el rol de los medios. Sin periodistas independientes y bien preparados, tragedias como la crisis de los curas pederastas pueden seguir ocurriendo.
–¿Qué le diría a aquéllos periodistas que para hacer su trabajo deben enfrentar prejuicios o impopularidad sólo por contar la verdad?
Que sostengan su compromiso, porque en definitiva el mundo es un lugar mejor si podemos hablar abiertamente no sólo de los éxitos sino también de los fracasos, y trabajar juntos para mejorar aquello que falla.
fuente:bbcmundo