Se cree que fue la única mujer dedicada a la fotografía en las calles británicas de la posguerra.
Pero esta documentalista caracterizada por su humanismo pasó casi desapercibida durante los 65 años de su carrera.
El sueño de Shirley Baker (1932 – 2014) era trabajar para el periódico The Guardian, actualmente basado en Londres pero entonces en Manchester, en el norte de Inglaterra. No pudo ser. Y Baker acabó trabajando en sus propios proyectos durante seis décadas, publicando su primer libro con más de 60 años.
Una exhibición dedicada a la artista en la Photographer’s Gallery de Londres reúne imágenes en blanco y negro y a color jamás divulgadas. En ellas, la fotógrafa documentó con compasión el desalojo de familias enteras y la demolición de viviendas subsidiadas en Manchester y sus zonas metropolitanas.
Manchester, 1968. Para Baker, la destrucción de hogares en barrios pobres para erigir nuevas construcciones era una destrucción innecesaria de comunidades de la clase trabajadora.Manchester, 1967. Las fotos de Baker documentan la pobreza y también la resiliencia de las personas afectadas y prácticamente «bajo sitio».Hulme, 1965. La fotógrafa tenía una capacidad especial para apreciar otras experiencias de vida alternativas, comunicando al mismo tiempo empatía por las comunidades e indignación por su sufrimiento.La exhibición divide las imágenes por sujetos, comenzando con madres y niños, grupos de niños y finalmente individuos. La mirada central es hacia las madres y sus hijos. Muchas figuras masculinas apenas aparecen. El nombre de la muestra es «Women and children, and loitering men», «Mujeres y niños, y hombres que dejan pasar el tiempo».Baker aseguró que, fiel al espíritu de una documentalista, jamás hizo posar a nadie para una foto. Pero los detalles en sus imágenes revelan su capacidad para «habitar» una escena hasta que todos los elementos estuvieran perfectamente en su lugar.En las fotos de Baker, los objetos y las escenas adquieren un significado que va mucho más allá de su apariencia literal. Una pared a medio demoler, un trozo de empapelado caído se vuelven símbolos de vidas transcurridas.Manchester, 1964. En las fotos de Baker, hasta simples ladrillos se vuelven escenarios en los que «personas ordinarias», en sus propios ambientes, se revelan extraordinarias.Shirley Baker nació en Salford, un barrio de Manchester, y estudió Fotografía Pura en el Colegio Tecnológico de esa ciudad.La fotógrafa trabajó algunos años en Francia, con períodos en Londres en los 80. Luego de publicar su primer libro «Street Photographs: Manchester and Salford», «Fotografías de la Calle: Manchester y Salford», en 1989, la artista tuvo un par de exhibiciones en Oldham, un suburbio de Manchester, y Salford.Baker completó una maestría en historia y teoría de la fotografía en la Universidad de Derby, en el este de Inglaterra, en 1995. Shirley Baker falleció en setiembre de 2014 a los 82 años.