וכל עת שייכנס וייצא, יפגע בייחוד שמו של הקדוש ברוך הוא–ויזכור אהבתו, וייעור משינתו ושגייתו בהבלי הזמן
Ayer mencionamos el poema, “ben adam ma lejá nirdam” donde se habla de “despertarse”. Explicamos que la idea de despertar es, por un lado, práctica, ya que a partir del mes de Elul en las comunidades Sefaradíes se acostumbra a despertarse una hora más temprano para decir Selijot.
RAB YOSEF BITTÓN
También dijimos que el significado profundo de este “despertar” se relaciona con despertarnos de un letargo espiritual u olvido. No es poco común, lamentablemente, que nos quedemos dormidos espiritualmente. Y es irónicamente muy fácil detectar cuándo la neshamá, el alma de uno no está despierta o activa. Sólo hay que analizar con sinceridad nuestros propios pensamientos: si no pensamos en Dios y en el sentido de nuestra vida, es porque estamos “dormidos”.
En su libro Mishné Torá, Maimónides se refiere dos veces al letargo espiritual. La segunda vez cuando habla del Shofar (lo veremos BH más adelante). Y la primera vez cuando habla de la Mezuzá. Veamos.
Maimónides afirma que ciertas Mitzvot actúan como “ángeles protectores”. Una de estas Mitzvot es la Mezuzá. Pero ¿qué tipo de protección nos brinda la Mezuzá? Protección contra el olvido. Vivimos vidas muy agitadas. Estamos inundados de todo tipo de preocupaciones y distracciones. Infinidad de necesidades materiales que necesitamos resolver con urgencia. Cuentas que pagar, deudas, trabajo, exámenes, competencia, etc. Todo esto demanda ya nuestra total atención.
Llegamos a estar tan distraídos ocupándonos de estos asuntos urgentes, que nos olvidamos de lo más importante: el propósito de nuestra existencia.
Obviamente, el significado de la vida solo es relevante para aquellos de nosotros que creemos en Dios. Si un individuo cree que estamos en este mundo por un accidente cósmico, no se va a poner a pensar en la cuestión de “Propósito”. Simplemente seguirá adelante haciendo lo que tiene que hacer para sobrevivir.
Sin embargo, cuando una persona sabe que Dios nos ha creado, también sabe que Él lo ha hecho con un propósito. Y vivir teniendo este propósito en mente (o incluso buscando este propósito) es lo que le da sentido a nuestra vida.
¿Puedes imaginar a una persona que cree en Dios y sin embargo está tan absorto en las distracciones materiales que termina olvidándose, dejando de pensar en cuál es el destino de su vida? Esto es prácticamente un suicidio espiritual. Una tragedia humana.
Para Maimónides la Mezuzá nos protege de este tipo de “tragedias”. Cada vez que entramos o salimos de una habitación, pasamos por una puerta, o vamos de un lado a otro, la presencia de la Mezuzá nos fuerza a detenernos a observar o tocar la Mezuzá y recordar a nuestro Creador. La Mezuzá nos ayuda a recuperar la conciencia del propósito de nuestra vida y a diferenciar entre lo urgente y lo realmente importante.
Maimónides menciona explícitamente esta cualidad de la Mezuzá. En Hiljot Mezuzá 6:13, dice. “Una persona debe mostrar gran cuidado en [el cumplimiento de la mitzvá de] Mezuzá. Cada vez que una persona entra o sale [de un recinto con Mezuzá], se encontrará con el Nombre de Dios [y lo recordará]. Y así se despertará de su sueño y se dará cuenta de su obsesión con las preocupaciones mundanas, y reconocerá que no hay nada que dure eternamente excepto el conocimiento del Creador del mundo. Esto le motivará a recuperar la conciencia [de su propósito en la vida] y así se encaminará en los caminos de rectitud”.
Maimónides llama a la Mezuzá (y al Tefilín y al Tsitsit) ángeles de protección. Protección respecto a olvidar nuestra verdadera misión en la vida. “Estos son los ángeles que impiden a una persona caer en el pecado, como está escrito [Tehilim 34: 8]” “El ángel de Dios está alrededor de los que le temen, y los protege”.
Fuente: halaja.org