El abogado neoyorquino Lawrence Garbuz, el paciente que originó el primer gran foco de contagio del COVID-19 en el estado de Nueva York, fue desintubado y comienza a recuperarse, según confirmó su esposa, Adina Lewis Garbuz.
«Al despertar, fiel a su naturaleza, pocas horas después de ser desintubado, me dijo sus primeras palabras que fueron ‘¡Te quiero mucho!'», escribió en su perfil de Facebook su mujer, que explicó que «Lawrence está despierto y alerta, y parece estar en el camino hacia la recuperación plena».
Adina, que fue una de las personas infectadas por su marido, junto a sus dos hijos y varios miembros de la comunidad judía de la zona donde residen en el condado de Westchester, así como varios compañeros de trabajo, agregó que aunque le queda todavía recuperación por hacer está en el buen camino.
El abogado de 50 años infectó a su esposa, que trabaja en la misma firma de abogados en Manhattan, así como a su hijo de 20 años y su hija de 14, además de a un amigo que lo llevó al hospital, que estuvo en un espacio cerrado con él.
Residente en el municipio de New Rochelle, a 30 minutos en tren al norte de la ciudad de Nueva York, antes de dar positivo participó en varios servicios religiosos a finales de febrero en la sinagoga Young Israel, lo que contribuyó a la extensión del COVID-19 en esa zona, donde las autoridades impusieron las primeras medidas extraordinarias del estado.
El foco de New Rochelle, en el condado de Westchester, ha acabado siendo superado en número de contagiados por el de la ciudad de Nueva York, donde la cifra de casos confirmados asciende ya a 2.383, 1.008 más que un día antes, con la mayor parte de ellos (1.339) concentrados en la Gran Manzana, donde hay 695 nuevos positivos.
Los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han informado que en Estados Unidos se han confirmado más de 7.038 casos de coronavirus hasta ahora y se han producido al menos 97 fallecimientos, aunque recuentos de los estados elevan la cifra de muertos a 149. EFE