Este testimonio y cuatro más sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes fueron expuestos ante la jerarquía de la Iglesia católica reunida en el Vaticano.
Una mujer africana relató que desde que tenía quince años fue obligada a mantener relaciones sexuales con un sacerdote.
“Estuve embarazada tres veces, él me hizo abortar tres veces. Simplemente porque él no quería un preservativo ni un método anticonceptivo. Al principio tenía tanta confianza en él, que no sabía que podía abusar de mí. Tenía miedo de él. Y cada vez que me negaba a tener relaciones. Él me golpeaba”, se escuchó en la sala donde se reúnen los obispos.
La mujer afirmó que su vida ha quedado “arruinada” y que ha sufrido tantas “humillaciones” que no sabe lo que le deparará el futuro y pidió a la Iglesia “comportarse con responsabilidad, como personas sensatas”.
Los 190 representantes de la jerarquía de la iglesia católica presentes, entre ellos 114 presidentes o vicepresidentes de las conferencias episcopales, pudieron ver cinco vídeos con los testimonios de víctimas violadas por curas durante su infancia y de las que se ignoraron sus denuncias.
“Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso”, es una de las denuncias incluidas en los vídeos con los testimonios de víctimas de abusos que escuchó la jerarquía de la Iglesia católica reunida en el Vaticano para abordar los casos de pederastia en el clero.
“Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso, darme la espalda y decir que yo y otros, éramos enemigos de la Iglesia”, explicó una víctima latinoamericana, según la transcripción proporcionada por el Vaticano.
“Yo sé que están allí hablando, sobre cómo terminar y cómo empezar de nuevo y cómo reparar todo este daño. Primero, perdones falsos, perdones obligados ya no funcionan. A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlos. Hay que reparar a las víctimas, hay que estar con ellos, hay que creerles, hay que acompañarlos”, dijo.
Pidió que “oigan a lo que el Santo Padre quiere hacer, no asientan con la cabeza y después hagan otra cosa”.
Un sacerdote de la Europa del Este que tiene ahora 53 años contó como en el seminario un superior se metía en su cama y le tocaba.
Pero que lo que le hirió profundamente fue que después de muchos años se lo contó al obispo y no le respondió durante años y cuando lo hizo le atacó sin intentar entenderle.
Este sacerdote pidió a los obispos: “Que escuchen a estas personas, que aprendan a escuchar a las personas que hablan. Yo quería que alguien me escuchara, que se supiera quién es ese hombre”.
Un estadounidense denunció como los abusos le hicieron perder “la inocencia de su juventud” y cómo a él y a su familia le sigue doliendo “la traición” y “la manipulación” de ese hombre.
La quinta víctima, un hombre procedente de Asia, explicó que cada vez que habló con los responsables “todos han encubierto prácticamente cada asunto, han encubierto a los autores…”
“Si quieren salvar a la Iglesia, tenemos que actuar juntos y hacer que los perpetradores se den por vencidos”, agregó la víctima.
POR: EFE