Rusia alquilará en Siria durante los próximos 49 años el puerto de Tartus, en el Mar Mediterráneo, a fin de utilizarlo para fines económicos y comerciales, informó el viceprimer ministro ruso Yuri Borísov.
El diplomático ruso se reunió en Damasco con el presidente sirio, Bashar al Assad, con quien abordó la crisis petrolera del país árabe y vías para «reanimar» la economía de Siria, según informó a las agencias oficiales rusas TASS y RIA Nóvosti.
En diciembre pasado, en una reunión de la comisión intergubernamental ruso-siria, los países firmaron una serie de acuerdos comerciales en materia de exploración y producción de hidrocarburos en Siria, además de un memorando de entendimiento entre los ministerios de Industria y Comercio.
«La clave que puede impulsar una dinámica positiva es el uso del puerto de Tartus. Mi visita ha cimentado los acuerdos y hemos hecho buenos progresos en esta cuestión, de manera que espero que podamos firmar el contrato en el plazo de una semana», señaló Borísov.
Explicó que el puerto «será utilizad durante 49 años por las empresas rusas».
Según el viceprimer ministro, Damasco accedió a conceder en alquiler a Rusia el puerto durante la reunión de la comisión intergubernamental de diciembre.
«Espero que en primer lugar beneficiará a la economía siria», recalcó Borísov.
Rusia cuenta ya con instalaciones de suministro y mantenimiento de su Armada en Tartus.
El acuerdo para modernizar y actualizar la base naval fue firmado en enero de 2017 y la vigencia del mismo es también de 49 años, aunque puede ser prolongado por periodos de 25 años.
Tartus ha servido de punto de mantenimiento técnico y abastecimiento para la flota soviética y luego rusa desde la década de 1970 en virtud de un acuerdo suscrito por Moscú con el entonces presidente sirio, Hafez al Assad, padre del actual mandatario.
La Armada rusa regresó al Mediterráneo en 2013 tras más de veinte años de ausencia, y buques como el portaaviones «Almirante Kuznetsov» y el destructor «Pedro el Grande» participaron en los bombardeos contra las posiciones jihadistas en Siria. EFE