Roger Waters no lució un atuendo similar al de las SS nazis y omitió una controvertida comparación entre Israel y los nazis en su concierto de Birmingham el miércoles, luego de atraer críticas y provocar una investigación de la policía alemana, informó The Times of Israel.
Antes del concierto, el primero de su gira por el Reino Unido, el alcalde de Birmingham, Chaman Lal, transmitió las preocupaciones planteadas por la Asamblea Nacional Judía sobre el contenido de los espectáculos del exlíder de Pink Floyd a los propietarios del Utilita Arena de la ciudad. También informó a los “ministros del gabinete pertinentes”.
Waters apareció vestido como un nazi durante un concierto en Berlín a fines de mayo. En conciertos en Berlín y Múnich, proyectó el nombre de Ana Frank junto con el de la palestina-estadounidense Shireen Abu Akleh, una periodista de Al Jazeera muerta en un operativo contraterrorista israelí en Judea y Samaria el año pasado, para establecer comparaciones entre Israel y la Alemania nazi.
La Asamblea agradeció el viernes a Lal después de que estos actos no se incluyeron en el concierto. La imagen de Ana Frank se mostró en el concierto, junto con edificios bombardeados e imágenes de presidentes estadounidenses etiquetados como “criminales de guerra”.
Waters se quejó en el concierto del miércoles de que estaba “enojado” por la reciente “mierda de antisemitismo” que lo ha seguido desde su show en Berlín.
“Están tratando de cancelarme como cancelaron a Jeremy Corbyn y Julian Assange”, dijo, comparándose con el exlíder laborista que fue acusado de ignorar el antisemitismo en las filas del partido y el fundador de WikiLeaks encarcelado.
“Si eres uno de esos que dicen ‘Me encanta Pink Floyd pero no soporto la política de Roger’, entonces harías bien en irte a la mierda”, dijo Waters a la multitud.
Las críticas a su postura anti-Israel “vienen todas de Tel Aviv”, afirmó Waters, y calificó al parlamentario Christian Wakeford, quien ha pedido que los lugares bloqueen sus actuaciones, “un idiota”.
Waters está programado para tocar en Glasgow el viernes y el sábado por la noche, antes de ira a Londres la próxima semana.
El exlíder tocó en varias ciudades alemanas en las últimas semanas como parte de su gira “This Is Not A Drill”. Pero fue muy controvertido con algunos funcionarios de la ciudad que incluso intentaron, sin éxito, prohibirle actuar.
Las imágenes en las redes sociales de Waters vistiendo un abrigo negro largo con brazaletes rojos en el escenario y agitando un arma simulada en el Mercedes-Benz Arena en Berlín provocaron un alboroto, lo que llevó a la policía a investigarlo por incitación al odio y al funcionario alemán a cargo de la lucha contra el antisemitismo exigiendo que rinda cuentas.
La policía confirmó que se abrió una investigación por sospechas de que el contexto del disfraz podría constituir una glorificación, justificación o aprobación del gobierno nazi y, por lo tanto, una perturbación de la paz pública. El uso o exhibición de símbolos que evocan la era nazi es un delito en Alemania.
Además, las proyecciones en pantalla de Waters, que argumentaban que Abu Akleh fue asesinada por “ser palestina”, provocaron la ira y la condena de que Waters estaba relativizando el Holocausto.
Waters ha desestimado las críticas y la controversia en su contra por motivos políticos.