Reaparece después de 10 años una tortuga baule en las costas El Salvador

Playa Dorada, en Sonsonate, esperó una década para ver, nuevamente, desovar a una tortuga baule (Dermochelys coriacea), la cual se encuentra en peligro crítico de extinción a nivel mundial.

La naturaleza ha dado una oportunidad más para salvaguardar a la tortuga baule. En la costa de Playa Dorada, Sonsonate, un quelonio de esa especie llegó a desovar después de 10 años que no había llegado tan solo una.

Con gran entusiasmo, luego de una esperar una década, Natividad Marroquín, tortuguero de la zona, dio la mejor noticia a los encargados de la Fundación Zoológica de El Salvador (Funzel) sobre un nuevo nido de baule.

Con apoyo de los viveristas, Elmer Flores y Walter Aparicio trasladaron los 72 huevos encontrados a uno de los corrales instalados por la fundación. De las siete especies de tortugas que existen a nivel mundial, cuatro visitan El Salvador: carey, prieta, golfina y baule.

La tortuga baule es la más grande y puede llegar a medir hasta 2.5 metros y pesar una tonelada; pero en el pacífico oriental no alcanza esas dimensiones, ahí miden entre 1.45 hasta 1.8 metros y su peso oscila entre 800 y 1,000 libras.

Esta especie puede llegar a vivir hasta 80 años, aunque los expertos dice que es difícil estimar su edad; pero de lo que están seguros es de su longevidad, por lo que son conocidas como un fósil viviente.

Por su caparazón flexible puede alcanzar profundidades de 1,000 metros, esta característica ha sido una de las ventajas que le ha permitido sobrevivir tantos años.

“La baule que llegó a desovar a playa dorada medía aproximadamente 1.7 metros de largo, de edad solo sabemos que es adulta porque la edad no se puede decir sin estudios, es adulta en edad fértil, las tortugas se tardan en madurar de 12 a 15 años”, explicó Mauricio Velásquez, coordinador de proyectos de Funzel.

Las baule tienen una característica bien importante al momento de desovar, ya que ponen huevos fértiles e infértiles como estrategia de sobrevivencia ante los depredadores.

Foto / Cortesía

Los huevos fértiles son de mayor tamaño, como una pelota de tenis; y los huevos infértiles son más pequeños, como una pelota de pimpón. La tortuga deposita primero los fértiles y luego deja caer los infértiles por si un depredador intenta comerse los huevos, este mecanismo de defensa no funciona para humanos.

“De los 72 huevos encontrados aún no saben cuántos nacerán, pero ya se encuentran en el corral y están siendo monitoreados por expertos”, agregó Velásquez.

El tiempo de incubación para incubación es de dos meses aproximadamente, por lo que a finales de mayo será la liberación de este último nido.

“Nosotros como Funzel tenemos un proyecto muy grande de tortugas marinas durante los meses que comprenden de julio a diciembre, a través de corrales de incubación; pero la época de anidación de la tortuga baule es entre noviembre y abril y no tenemos la capacidad financiera para cubrir cuando la tortuga va anidar”, explicó Velásquez, quien coordina el proyecto.

Playa Dorada históricamente ya había tenido anidaciones de baules pero hace casi 10 años que no se veía una desovando.

La organización ya cuenta con la instalación física de un corral para incubación en esa playa y personal especializado en el cuido de nidos.

“Nosotros hacemos monitoreos semanales donde estamos controlando la temperatura, la profundidad del nido y la limpieza del corral para que el éxito de eclosión sea muy productivo”, aseguró Velásquez.

La profundidad del nido para la baule es de 90 centímetros y para otras especies es de 45 centímetros.

La temperatura ideal del nido debe ser entre 29 y 30 grados para que la proporción de nacimientos entre macho y hembra sea del 50 % para ambos.

Las estimaciones a nivel regional es que la población del Pacífico Oriental ha disminuido en un 95 %, tanto que muchos expertos ya le dieron fecha de caducidad, dentro de 10 años o menos podría desaparecer si no se toma las medidas necesarias.

En Playa Dorada este año la fundación logró incubar 80,000 huevos de la especie golfina contra 72 huevos de baule, proporción que se vuelve incomparable.

Foto / Cortesía

Según datos de Funzel, desde el 2008 hasta la fecha han incubado 6,183,403 huevos de golfina y se han liberado un total 5,315,991 tortugas.

Caso contrario con las tortugas baúles. En los últimos 11 años solamente 1,279 huevos fueron incubados y 404 quelonios fueron liberados en la playa.

“De 1,000 tortugas que liberemos por lo menos una tendría que alcanzar la adultez”, expresó.

Con el hallazgo de este nuevo nido de baule la fundación ha iniciado el proyecto de conservación exclusivo para esta especie, el cual será llevado a cabo con ayuda financiera de las empresas Marinsa y el Hotel Best Western.

“Nosotros como empresa siempre hemos estado preocupados por el medio ambiente y la tortuga baule se encuentra en estado crítico de extinción, designaremos personas que estén cuidando las 24 horas el nido porque acordémonos que no solo hay depredadores naturales, sino el hombre que desgraciadamente es el que más daño le está causando”, dice Jorge Santacruz, vicepresidente de operaciones del Hotel Best Western.

En el caso del comercio ilegal, desde el 2009 existe un decreto de veda permanente, apoyado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) porque se determinó que el 100 % de los huevos eran comercializados.

La ley prohibe la venta y el comercio ilegal de cualquier producto derivado de la tortuga marina y sus multas van de 10 a 100 salarios mínimos o de 3 a 5 años de cárcel, según la gravedad del caso.

La institución, como parte de su trabajo de conservación, realiza visitas a las comunidades aledañas para trabajar en conjunto y una de las estrategias son las charlas de concienciación sobre la importancia del cuido de la especie.

“Funzel agradece a la comunidad de tortugueros de Playa Dorada porque sin ellos este esfuerzo no se estaría llevando a cabo, porque a un tortuguero no le cuesta ir a vender al mercado negro estos huevos; pero debido a la conciencia que han ido teniendo prefieren llevarlo a los corrales de la fundación”, aseguró Velásquez.

Para Gabriel Alvarado, director de Marinsa, otro de los objetivos de apoyar esta causa es que las tortugas contribuyen al equilibrio del ecosistema. “A todos nos interesa que haya pesca porque es parte de la alimentación del ser humano y las tortugas se alimentan mucho de las algas y de las medusas, sin tortugas hay más medusas y estas dificultan la pesca”, dice Alvarado.

por:edh

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