270 es el número mágico que tanto Donald Trump como Hillary Clinton desean escuchar al cierre de la jornada electoral de este martes 8 de noviembre.
Es el número de votos del Colegio Electoral que necesita un candidato para ser proclamado presidente de Estados Unidos.
Este decisivo órgano está formado por 538 electores que son por los que realmente votan los ciudadanos, aunque sus nombres no aparecen en las papeletas.
El candidato que obtenga la mitad más uno de sus votos, 270, se instalará en la Casa Blanca.
Pero, ¿qué pasa si los candidatos empatan?¿O si ninguno alcanza el número mágico?
Representación indirecta
El número de representantes de cada estado en el Colegio Electoral se calcula en proporción a su población (California, por ejemplo, cuenta con 55 miembros mientras que Alaska tiene 3).
Estos compromisarios están alineados con uno u otro candidato.
Sin embargo, y aquí está el truco, en casi todos los estados excepto Nebraska y Maine el ganador del voto popular se adjudica todos los votos del Colegio Electoral .
Cómo lograr el desempate
En este complejo sistema matemático, se puede dar el caso de que cada uno de los dos candidatos principales obtenga 269 votos electorales.
O que ninguno de los dos tenga 270 votos electorales, aunque no estén empatados.
Eso sería en el caso de que un tercer candidato logre arañar los votos electorales de algún estado, como puede ocurrir con el independiente Ewan McMullin en Utah.
En cualquiera de esos dos supuestos, la elección del presidente recaerá entonces en la Cámara de Representantes, que tomará su decisión entre los tres candidatos con más votos electorales.
A diferencia del Colegio Electoral, en esta instancia legislativa cada delegación estatal tiene un solo voto.
Para ser elegido presidente, un candidato necesita obtener 26 votos (la mitad del número de estados más uno, sin contar con el Distrito de Columbia, que queda fuera).
Los analistas consideran que, si llegamos a este escenario, es probable que el vencedor sea Donald Trump, puesto que el Partido Republicano cuenta con una amplia mayoría en la Cámara de Representantes.
Aun así, es importante señalar que el voto lo realizaría la Cámara resultante de las elecciones, en la que el equilibrio de poderes puede ser distinto al actual.
¿Y el vicepresidente?
La elección del vicepresidente tiene lugar en la otra cámara legislativa, el Senado.
Compuesto por 100 senadores, se requiere el apoyo de al menos 51 para decidir quién ocupará el cargo.
La Cámara de Representantes tiene como fecha límite el 4 de marzo de 2017para elegir presidente.
En caso de que no llegue a un acuerdo para entonces, la presidencia quedará a cargo del vicepresidente.
Si tampoco hubiera vicepresidente electo para esa fecha, el presidente de la Cámara de Representantes sería el nuevo presidente de EE.UU.
Los estados clave y su importancia para un empate
Si los comicios resultan en un aparente empate de votos electorales, pueden esperarse días de recuentos de papeletas y reclamos legales.
Además, el empate no significa que ambos candidatos hayan obtenido la misma cantidad de votos reales y pueden surgir protestas ciudadanas.
Para evitar esta posibilidad, los candidatos han intensificado sus actos finales de campaña en los llamados estados péndulo, que son aquellos en los que el voto no está garantizado para demócratas o republicanos.
Son Florida, Ohio, Pensilvania, Carolina del Norte, Iowa, Nevada, New Hampshire y Virginia.
Hay quienes incluyen Arizona, un estado tradicionalmente fiel a los republicanos que podría dar un giro por el creciente peso del voto latino.
El más deseado de los estados péndulo es Florida con 29 votos electorales.
Los medios y empresas de sondeos juegan con los datos de estos estados para hacer proyecciones sobre cómo quedará distribuido el mapa del Colegio Electoral y quién será el vencedor final.
También contemplan la posibilidad del empate, como el diario estadounidense The Washington Post que presenta dos escenarios en los que Trump y Clinton pueden acabar con 269 votos cada uno:
- Que Donald Trump gane en estos cinco estados que cayeron del lado de Barack Obama en 2012: Florida, Iowa, Nevada, New Hampshire y Ohio.
- Un panorama similar al anterior con la diferencia de que Trump obtenga el apoyo de Wisconsin, un estado en el que los republicanos son cada vez más optimistas, pero que New Hampshire y Nevada voten por Clinton.
¿Ha habido empate alguna vez?
Tanto la situación de empate como la no obtención de los 270 votos necesarios han sucedido una vez en la historia del país.
En 1800, Thomas Jefferson y Aaron Burr, el primero aspirante presidencial y el segundo a la vicepresidencia, obtuvieron el mismo número de votos.
En esa época, cada representante en el Colegio Electoral emitía dos votos y el candidato con más apoyo obtenía la presidencia y el segundo la vicepresidencia.
El plan del entonces Partido Demócrata-Republicano era que todos votaran por Jefferson y Burr, salvo uno de sus electores, que sólo lo haría por el primero y se abstendría en su segundo voto.
Pero no salió bien y el resultado fue un empate que resolvió la Cámara de Representantes.
Y en 1824, ninguno de los cuatro candidatos recibió una mayoría de votos suficiente para ganar la elección.
Finalmente la Cámara eligió a John Quincy Adams pese a que su rival Andrew Jackson obtuvo más votos electorales
Es muy poco probable que esta circunstancia se repita en la contienda entre Hillary Clinton y Donald Trump.
Pero, como hemos visto, no debe descartarse del todo.
Y en caso de que pase, se resolverá de la misma manera que hace dos siglos.
fuente:bbcmundo