Un billonario príncipe y magnate saudita, Al Walid bin Talal al Saud, reclamó el derecho de las mujeres de su país a conducir, que hasta el momento no tienen reconocido, según un comunicado difundido en las últimas horas.
“Ya es hora de que las mujeres comiencen a conducir sus coches y de que pasemos página en este tema, de la misma forma que lo hicimos con decenas de otros asuntos importantes”, se indica en el texto publicada en la cuenta de Twitter del empresario saudita.
Entre esos asuntos, el príncipe destacó el acceso de la mujer a la educación o al mundo laboral.
“Prohibir conducir a las mujeres es fundamentalmente una infracción de sus derechos, particularmente si sigue existiendo después de que hayan conseguido su derecho a una educación y a un empleo asalariado”, destacó.
Asimismo, subrayó que, a parte de un tema de derechos, se trata también de una cuestión económica, social y de desarrollo.
En ese sentido, precisó que si se permite conducir a las mujeres, éstas dejarían de ser dependientes de “conductores extranjeros y taxistas, que tienen un alto coste”, o incluso de sus maridos, que en ocasiones tienen que dejar sus obligaciones en el trabajo para transportar a sus mujeres y niños.
El príncipe remarcó también la creciente demanda social en torno al reconocimiento de este derecho de la mujer, pese a las reticencias de otros sectores.
“Lo que no puede estar permitido es tener un segmento (de la población) que imponga sus preferencias al resto de la sociedad”, indicó.
En cuanto al factor religioso de esta prohibición, el príncipe reconoció la existencia de fatuas (edictos religiosos) que “prohíben conducir a las mujeres debido a preocupaciones por su seguridad y sus cualidades”.
Sin embargo, añadió que esas fatuas “no encuentran el acto en sí de conducir como ‘haram’ (pecado o prohibido)” y además “como muchas otras, son producto de su tiempo”.
“Puedo invocar otras fatuas que son violadas diariamente, particularmente la que prohíbe que una mujer se quede a solas con un hombre que no pueda ser clasificado como ‘mahram’ (guardián legal)”, añadió.
Sin embargo, pese a estas demandas y justificaciones, el magnate saudita estableció una serie de restricciones que, en su opinión, deberían tener las féminas a la hora de conducir.
Esas limitaciones obligarían a las mujeres a portar un teléfono inteligente y a familiarizarse con los servicios de asistencia en carretera, en caso de avería en el vehículo.
Además, prohibirían a las mujeres conducir fuera de los límites de las ciudades y limitarían el número de permisos.
El pasado 31 de octubre, el Consejo de la Shura o Parlamento saudita, de carácter consultivo, rechazó una propuesta ministerial para avanzar hacia la supresión de la prohibición de conducir impuesta a las mujeres en el ultraconservador reino.
Esa propuesta respondía a varias iniciativas que en los últimos años han exigido el cambio de la ley al respecto y que han terminado en ocasiones con la detención de varias activistas durante días. EFE y aurora