Esta semana miles de estadounidenses celebran el Día de Acción de Gracias, las familias viajan miles de kilómetros para encontrarse, compartir una cena y dar gracias. El presidente Abraham Lincoln fue el encargado de hacerlo festivo nacional en 1863, con motivo de aliviar las heridas emocionales que había dejado la guerra civil en el país.
Sin embargo, una de las fechas más tradicionales en Estados Unidos tiene sus orígenes en una cena entre dos grupos dispares que comparten una comida, este primer encuentro va más allá de una ocasión para compartir alimentos, fue la primera alianza política y diplomática entre los peregrinos y los indígenas en unas tierras que aún no era país.
En 1620 un grupo de colonos y peregrinos llegaron en la embarcación Mayflower al continente americano con el propósito de poder profesar su fe libremente, explotar la tierra y comercializar.
Según los historiadores, el primer año fue extremadamente difícil, no conocían el clima y era muy tarde en el año para cultivar, muchos de ellos fallecieron de hambre y frío.
Fue la iniciativa de un miembro de la tribu Wampanoag que logró que ambas comunidades se ayudarán, una ofreció apoyo en la agricultura y la otra en defensa y armas.
“Existían personas reales en este evento, los Wampanoag que vivían en el área de Massachusetts y Rhode Island durante miles de años. Tenían y todavía tienen una rica cultura. Por lo tanto, es muy importante trabajar contra la desinformación y los estereotipos, acerca de que los indígenas estadounidenses no forman parte del tejido cultural en el país”, indica Rene Gokey, coordinadora educativa del Museo Nacional del Indígena Americano.
El Museo Nacional del Indígena Americano en Washington tiene como propósito enseñar en las escuelas de Estados Unidos la historia que no se conoce sobre el día de Acción de Gracias y el aporte de la comunidad indígena a esta fecha, además de la supervivencia de los colonos y peregrinos en el nuevo continente.
“Es importante saber que los Wampanoag firmaron un acuerdo con el gobernador inglés en ese momento, John Carver. Firmaron un tratado de paz para protegerse mutuamente en tiempos de guerra», señaló Gokey a la Voz de América.
Los europeos ya tenían como tradición festejar el final de la cosecha y como era el primer año que lo hacían de una manera exitosa los Wampanoag se unieron a la celebración y fue allí en donde cada una de las comunidades aportó su tradición culinaria.
Según el chef Freddie Buttery del Museo Nacional del indígena americano, las tres hermanas son los tres cultivos agrícolas principales de varios grupos indígenas en el continente americano.
“El método de las tres hermanas trata sobre el maíz, frijoles y la calabaza. Primero se planta el maíz, se permite que crezca y luego se plantan los frijoles que son ricos en nitrógeno y tiene la función de fertilizante. La planta de maíz crece y el frijol se enrolla y luego se siembra la calabaza”.
Parte de su labor como chef es enseñar a las nuevas generaciones los aportes gastronómicos de la comunidad indígena, por eso creó una ensalada en base a estos tres alimentos que se sirve en el museo en Washington.
“Creo que tiene mucho significado, sobre todo para esta época del año. No solo simboliza la capacidad de vivir, creo que eso es lo que realmente representan a las tres hermanas y honestamente te puedo decir que es en el único momento que estas tres hermanas se ayudan”, señaló el chef a la Voz de América.
Ese primer encuentro en 1621 para compartir alimentos y alianzas diplomáticas no se repitió. Sin embargo, la tradición de compartir y cenar en familia es una de las festividades más importantes en Estados Unidos.