Es uno de los cánceres más comunes entre mujeres, pero continúa siendo difícilmente detectable en una etapa temprana y esto incide enormemente en su mortalidad.
El cáncer de ovario -causante de la reciente muerte de la popular actriz mexicana Edith González- suele permanecer oculto «hasta que está en una fase tres o incluso cuatro«, asegura la profesora Sudha Sundar, especialista en cáncer ginecológico de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
En este punto, las posibilidades de sobrevivir la enfermedad se reducen drásticamente.
«El 90% de las mujeres que son diagnosticadas en una fase temprana consigue sobrevivir pasados los cinco años del diagnóstico, pero ese porcentaje se reduce al 40 o incluso al 30% si el cáncer se detecta en una etapa más avanzada», explica la doctora Sundar.
La solución pasa pues por conseguir una mejor detección, pero no es fácil, advierte la también presidenta electa de la British Gynecological Cancer Society (Asociación británica de cáncer ginecológico).
Síntomas confusos
Una de las razones son los síntomas.
«Solo en los últimos cinco o seis años hemos podido relacionar el cáncer de ovario con síntomas específicos. Antes se creía que era una enfermedad mortal silenciosa», asegura la especialista.
El servicio público de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) y la Clínica Mayo de Estados Unidos, señalan que estos son los indicios más comunes de la enfermedad:
- Hinchazón abdominal
- Rápida sensación de saciedad cuando comes
- Pérdida o ganancia de peso significativa
- Malestar en el área pélvica
- Cambios en los hábitos intestinales, como comenzar a sufrir estreñimiento o padecer diarreas
- Necesidad frecuente de orinar
El problema es que estos síntomas son comunes con los de otras dolenciasmenos graves, como el síndrome de colon irritable, el dolor premenstrual o el menopáusico.
La consecuencia, dice la profesora Sundar, es que las mujeres no le dan importancia, los médicos de atención primaria no asocian a la primera estos síntomas con el cáncer y la enfermedad sigue avanzando hasta una fase tardía.
Exámenes médicos para detectarlo
Pero curiosamente, al contrario de lo que ocurre por ejemplo con otros cánceres ginecológicos como el del cuello de útero, en el que existen pruebas de detección e incluso vacunas, en el caso del cáncer de ovario no hemos avanzado tanto.
En caso de sospecha, el médico puede palpar los ovarios para ver si hay alguna anomalía en cuanto a tamaño, forma y consistencia, pero difícilmente un examen pélvico puede detectar los tumores ováricos en una fase temprana, asegura la American Cancer Society en su página web.
También existen pruebas específicas, principalmente dos, pero ninguna se realiza de forma rutinaria ni tampoco han demostrado ser lo suficientemente fiables.
Una es la prueba de sangre CA-125, que mide la presencia en sangre de la proteína del mismo nombre.
Muchas mujeres con cáncer de ovario tienen altos niveles de CA-125, pero no todas. Además, ni todas las mujeres que han resultado tener una cantidad grande de esta proteína han sido después diagnosticadas con cáncer de ovario.
«Desafortunadamente, (esta prueba) solo detecta la mitad de los casos de cáncer de ovario en su etapa temprana», asegura la profesora Sundar sobre este test que data de la década de los 90.
Otra es la prueba de ultrasonido (o ecografía transvaginal).
Mediante ondas sonoras, este test examina el útero, las trompas de Falopio y los ovarios con la intención de encontrar masa (tumor) en el ovario, pero no puede detectar si ese tumor es benigno o maligno.
«La prueba de ultrasonido puede ayudar en algunos casos, pero una vez más no de forma tan precisa como nos gustaría», se lamenta la académica, que admite que es un reto para la comunidad científica poder encontrar pruebas más fiables que ayuden a una detección temprana.
Hasta entonces, ella insiste en que en caso de padecer de forma persistente alguno de los síntomas nombrados anteriormente, las mujeres acudan al doctor y sean tenaces para que se le realicen todas las pruebas posibles.
Sundar también dice que hay que estar atentas a factores de riesgo como un historial familiar donde haya habido casos de cáncer de ovario o de pecho.
Este tipo de cáncer afecta principalmente a las mujeres a partir de los 70 años, pero también se da en algunas mujeres antes de la menopausia, asegura la experta.
El tratamiento suele ser una combinación de cirugía y quimioterapia.
Fuentes: NHS, Clínica Mayo y American Cancer Society.