El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, agradeció el jueves al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el apoyo de su gobierno a la causa de la democracia en Venezuela, pero ambos discreparon en el rol de Cuba en la crisis.
Pence calificó a Cuba como una «influencia maligna» durante una rueda de prensa conjunta, en la que Trudeau rechazó seguir la postura de Washington sobre La Habana.
«Necesitamos también trabajar juntos para exponer la maligna influencia de Cuba en Venezuela. Y solicitar a Cuba que cese esa influencia y permita que la libertad florezca en Venezuela. Y debemos hacerlo juntos», dijo Pence.
«Estados Unidos ve el papel de Cuba por lo que es, y continuaremos presionando a Cuba hasta que la gente de Venezuela sea libre», expresó también Pence a los reporteros que viajaron con él.
Respecto a la posición de Washington en relación con el papel de Cuba y la crisis en Venezuela, Trudeau dijo: «Nosotros tenemos otra».
Explicó que como parte del Grupo de Lima «reconocen que Cuba puede potencialmente jugar un papel positivo en el bienestar y la futura estabilidad de Venezuela».
Recordó que «Canadá ha estado hablando con Cuba de una forma que trata de permitir una relación positiva en una eventual transición en Venezuela».
A mediados de mayo, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, hizo una visita a Cuba para hablar sobre la crisis política en Venezuela.
Desacuerdo sobre Cuba
Canadá y Estados Unidos están de acuerdo en que el presidente venezolano Nicolás Maduro debe renunciar en aras de abrir el camino para que el presidente encargado Juan Guaidó asuma el control hasta que se puedan celebrar nuevas elecciones.
Pero difieren en el tema de Cuba. Estados Unidos ha acusado a Cuba, -aliado de Maduro y su antecesor, el fallecido expresidente Hugo Chávez-, de proporcionar personal de inteligencia para ayudar a apuntalar a Maduro.
La Habana niega la acusación y dice que esencialemente en el país sudamericana colaboran médicos y especialistas de ese sector.
Estados Unidos ha endurecido el embargo comercial contra Cuba que data de la década de 1960, incluso ha permitido demandar judicialmente en Estados Unidos a empresas que operan en propiedades de Cuba que fueron confiscadas a ciudadanos estadounidenses después de 1959.
Pero Canadá se ha unido a la Unión Europea para oponerse a la decisión del gobierno de Trump de permitir juicios, prometiendo defender sus negocios canadienses que operan en Cuba.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con imponer un «embargo total y completo» a Cuba si no termina de inmediato su apoyo militar a Maduro.
fuente:voanoticias