Pablo Katchadjian, el escritor argentino enjuiciado por haber «engordado» con 5.600 palabras «El Aleph»

El inglés era una parte integral en la vida del escritor argentino.

El escritor argentino Jorge Luis Borges era conocido por tomarse bastantes libertades con textos de otros; por ejemplo, cuando tradujo la obra de Oscar Wilde o cuando le cambio el final a un clásico de Argentina, «Martin Fierro».

Para él, el producto definitivo debía superar al original.

Por eso, la demanda que le entabló su viuda y heredera de los derechos de su obra, María Kodama, a un autor y profesor universitario ha suscitado una gran polémica a 30 años de la muerte de Borges.

Quien está siendo juzgado es Pablo Katchadjian, quien en 2009 publicó el libro «El Aleph engordado«.

En el libro, editado por la Imprenta Argentina de Poesía, Katchadjian le agregó palabras y frases al libro original de Borges. En total, 5.600 palabras a las 4.000 que tiene el cuento.

Así, como ejemplo, si el famoso libro decía: «La candente mañana en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo».

Portada El Aleph Engordado
Image captionPablo Katchadjian publicó «El Aleph engordado» en 2009.

En la versión de Katchadjian era: «La candente y húmeda mañana en que Beatriz Viterbo finalmente murió, después de una imperiosa y extensa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo ni tampoco al abandono y la indiferencia».

El juicio ha generado muchas preguntas en el ámbito cultural de Argentina: ¿es Borges intocable?, ¿cómo se reescriben los clásicos?, ¿qué puede considerarse un experimento literario?, o incluso, ¿cómo es que existe un árbitro para la literatura?

«Experimento literario»

Katchadjian argumentó que se trataba de «un experimento literario« y que sólo se editaron 300 ejemplares, por lo cual tampoco existió un perjuicio económico.

Pero tras cinco años del inicio de la particular demanda y un peritaje que comparó los textos, el juez de instrucción de Buenos Aires, Guillermo Carvajal, determinó que debe ser procesado por defraudación.

«Tengo por acreditado que Pablo Esteban Katchadjian defraudó los derechos de propiedad intelectual que le reconoce la legislación vigente a María Kodama en relación con la obra literaria El Aleph», se lee en el fallo de primera instancia.

Pablo Katchadjian
Image captionKatchadjian ha dicho que «El Aleph engordado» es un experimento literario y que solo se editaron 300 ejemplares.

Katchadjian ya había hecho un ejercicio similar con el «Martin Fierro«, una obra considerada la «Biblia» de los argentinos. En esa oportunidad ordenó los versos del poema gauchesco de forma alfabética y le dio otro sentido que fue aplaudido por la crítica.

«Creo que de estar vivo, Borges sentiría una enorme vergüenza por lo que hace su viuda, porque precisamente él era un partidario de la experimentación«, dijo Daniel Molina, columnista y catedrático en lectura borgeana del Centro Cultural Rojas de la Universidad de Buenos Aires.

«Él mismo le había cambiado el final al Martin Fierro y ya había planteado algo similar en 1939, en Pierre Menard, autor del Quijote, uno de sus primeros cuentos»,

Apoyo y detractores

Katchadjian cuenta con el apoyo de un grupo de escritores argentinos, para quienes el juicio es «un delirio«.

En 2015, algunos como los reconocidos Ricardo Piglia, César Aira, Claudia Piñero, Jorge Panesi y Carlos Gamerro, entre otros, hicieron una manifestación para respaldarlo en las escalinatas de la Biblioteca Nacional de Argentina, en Buenos Aires.

«El Aleph mismo es una reescritura de la Divina Comedia. Es decir el texto de Borges trabaja intertextualmente con Dante. Esto significa que toda obra artística está en dialogo con otras», agrega el académico Molina.

«Lo que hace Katchadjian es mucho más radical que lo que hicieron Borges o los escritores del siglo XX, que es tomar el mismo proceso que usan las artes visuales, como lo hicieron Marcel Duchamp o Andy Warhol, y trasladarlo a la literatura».

Fragmento de
Image captionLa obra de Katchadjian agregaba palabras y frases al original de Jorge Luis Borges. De este modo, engordó a ‘El Aleph’.

Pero Fernando Soto, abogado de María Kodama, dijo que no se deben aplicar los mismos parámetros de las artes visuales y que se trata de un asunto de derechos intelectuales.

Ahora, de cara a la nueva medida judicial, la polémica y el apoyo a Katchadjian se trasladaron a internet.

No sólo se creó un grupo de Facebook con 9.000 seguidores, sino que además artistas anónimos reaccionaron con ironía y crearon un videojuego llamado «Reality Avoider», que reta a los jugadores a meterse en la cabeza de la viuda de Borges y leer el «Aleph engordado» como ella lo haría.

Videojuego Reality Avoider
Image captionUn videojuego llamado «Reality Avoider» reta a los jugadores a meterse en la cabeza de la viuda de Borges y leer «El Aleph engordado» como ella lo haría.

Un bloque llamado «realidad» la persigue bajo el mensaje de «Sos María Kodama, querés el control absoluto de Borges, que nadie pueda tocarlo. Por cuanto tiempo podés evitar la realidad?».

«Nos preocupa mucho que en el siglo XXI se persiga a autores por sus obras, y que se busque legislar desde afuera del arte qué se puede o no hacer en el arte, qué es originalidad»,respondieron  por email los autores del videojuego que fue diseñado para que los jugadores pierdan en cuestión de segundos y que firman como Freedom games.

Kodama y los juicios

El abogado Fernando Soto asegura que su apoderada sólo defiende la integridad de la obra del célebre escritor.

«Cambiar palabras por otras, párrafos enteros, cambiarle el sentido al cuento, eso no es un homenaje, ni un experimento literario, eso es adulterar la obra de otro«, dijo Soto, quien durante años ha llevado los juicios de Kodama contra distintas personas en relación con la obra de Borges.

María KodamaImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionMaría Kodama es una escritora, traductora y profesora de literatura argentina, quien se casó con Jorge Luis Borges en 1986.

Porque aunque este es sui generis, no es el primero.

En España, la editorial Alfaguara retiró voluntariamente del mercado la obra El hacedor (de Borges) Remake, del escritor Agustín Fernández Mallo, ante la molestia de Kodama por ese libro, también experimental. La editorial prefirió evitar un lío legal.

Mientras periodistas e historiadores como Juan Juan Gasparini, quien escribió otro sobre los últimos años de vida de Borges y sus decisiones testamentarias fue llevado a juicio por la viuda; lo mismo que el biógrafo Alejandro Vaccaro o el traductor al inglés de Borges, Norman Thomas di Giovanni.

Incluso, como confirmó el abogado de Kodama, también rastrearon durante años a la verdadera autora de «Instantes«, un poema apócrifo, que circula en redes sociales y es atribuido al célebre escritor.

En ese caso no hallaron a quienes difundieron el poema pero iniciaron una acción declarativa para probar que no era de Borges.

Por eso, temiendo que sus palabras puedan perjudicarlo más, el escritor en medio de la actual polémica, Pablo Katchadjian, respondió  que prefería no dar declaraciones, pero anunció que se concentrará en la apelación del caso que tiene sacudido al sector literario argentino y a Borges de nuevo en los estrados de la justicia.

fuente.bbcmundo

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