El informe anual de Freedom House asegura que el 30% de la población en Latinoamérica y el Caribe viven en países «no libres» o «parcialmente libres».
Nicaragua, Venezuela y El Salvador son los tres países de América Latina donde más se ha deteriorado la democracia en los últimos 10 años, según un informe anual de la organización Freedom House.
El reporte, publicado el miércoles por la ONG con sede en Washington D.C., señala que la región se une a una tendencia global de aumento en el autoritarismo de los gobiernos y una disminución de las libertades civiles y los derechos politicos.
“Los regímenes autoritarios se han vuelto más efectivos cada vez en cooptar (…) las normas y las instituciones pensadas para apoyar las libertades básicas y en ayudar a otros [gobiernos] que quieren hacer lo mismo”, escribieron dos de las autoras del reporte, Sarah Repucci y Amy Slipwitz.
El informe anual analiza las libertades (derechos políticos y libertades civiles) en 195 países del mundo, dándoles una puntuación del 0 al 100.
Según la organización, solo 2 de cada 10 personas en el mundo viven actualmente en países «completamente libres», dado que desde el 2019 se redujeron a la mitad los gobiernos que la organización considera que garantizan las libertades y los derechos de sus ciudadanos.
Nicaragua, el país con mayor reducción de las libertades en el continente americano
El informe encontró que la mayor reducción de las libertades en los últimos 10 años en el continente americano ocurrió en Nicaragua, con -28 puntos, seguido de Venezuela, con -27 puntos; El Salvador, -17 puntos; Haití, -12 puntos y Estados Unidos, con -10 puntos.
En América Latina, Freedom House califica como «países no libres» a Venezuela, Nicaragua y Cuba, y como «parcialmente libres» a México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Paraguay, Bolivia y República Dominicana.
La organización hace especial énfasis en el caso de Nicaragua, señalando que la reelección del presidente Daniel Ortega afectó la trayectoria democrática del país centroamericano, colocándolo en una lista de 10 países sobre los cuales mantener la mirada en el 2022.
“Ortega se aseguró un nuevo mandato (…) en las elecciones presidenciales al supervisar el arresto arbitrario de los candidatos de la oposición”, señala el informe.
Las elecciones presidenciales de noviembre del año pasado en Nicaragua fueron cuestionadas y desconocidas por parte la comunidad internacional. El gobierno de Ortega arrestó a decenas de políticos opositores y miembros de la sociedad civil previo a los comicios. El presidente nicaragüense tildó de “injerencista” a EE. UU. y la OEA, que rechazaron los resultados electorales.
“El cierre de los espacios de expresión, en muchos lugares como en Nicaragua, y la criminalización de la sociedad civil”, son factores que suenan las alarmas respecto a la reducción de las libertades, aseguró a la Voz de América Gerardo Berthin, vicepresidente internacional de programas de Freedom House.
Presidencia de Nayib Bukele “aceleró” deterioro de las libertades en El Salvador
Freedom House coloca a El Salvador entre los 10 países del mundo que cayeron en cuanto a las libertades civiles y políticas en el último año (2021 en comparación con el 2020). Según el informe, el declive de la situación en el país se “aceleró” desde que el presidente Nayib Bukele asumió la presidencia en el 2019.
“Hemos visto en los últimos dos años no solamente la erosión de una institucionalidad (…) [sino también] la captura del poder absoluto reflejado en ejercer control sobre autoridades que deben ser obviamente independientes y neutrales”, expuso Berthin a la VOA.
La organización señala la destitución de magistrados de la Corte Suprema y el posterior aval del judicial a la reelección presidencial como acciones que el gobierno de Bukele ha propiciado y que han “minado las instituciones democráticas”. El presidente salvadoreño ha defendido sus acciones, alegando que están dentro de la legalidad del país.
Para Pedro Abramovay, director para Latinoamérica de la Fundación Open Society, Bukele es un ejemplo de una tendencia que se ve tanto en la región como a nivel global de un “nuevo autoritarismo”.
Este tipo de gobiernos están caracterizados por “una captura del estado por movimientos populistas y liderazgos muy personalistas que crecen a partir de elecciones, pero que poco a poco van atascando las instituciones del Estado”, aseguró Abramovay, y añadió que Brasil y Nicaragua también encajan en esta descripción.
El experto explicó que el liderazgo de Bukele es “personalista”, basado en el ataque a los partidos y las instituciones que ya existen con el discurso de “crear un nuevo estado”.
“En verdad, lo que están sacando justamente son los mecanismos de control de poder que son tan importantes”, aseguró.
Helena Olea, directora asociada de la organización Alianza Américas, asegura que en la región, desde hace años, se está construyendo esta tendencia por parte de los líderes populistas, alimentada por un pérdida de “aprecio por la democracia en general”.
Existe en la población, aseguró Olea, “una sensación de que la democracia no redunda en los sistemas políticos que le garantizan a las personas la protección de sus derechos”. La abogada experta en derechos humanos señaló que esta desconfianza hace que “caudillos y líderes populistas (…) hayan tenido la fuerza que tienen”.
Los analistas indicaron que, aunque no se puede decir que un político de una determinada tendencia sea más proclive al autoritarismo, existen ciertos rasgos que los votantes pueden identificar.
“Hay un discurso antisistema, anti-política, cuando para atacar a los políticos se empieza a atacar a la prensa, el judiciario, la sociedad civil, todos los mecanismos que puedan funcionar como un control al poder, ahí se debe desconfiar”, aseguró Abramovay.
El único país de la región que pasó de parcialmente libre a libre fue Ecuador. Después de casi cinco años de la salida del expresidente Rafael Correa del poder, el reporte destaca que se reformó el sistema de elección de los jueces para evitar el partidismo, se redujo el control del estado sobre los medios de comunicación y se indultaron a defensores de derechos humanos. “Y eso demuestra que puede haber cambios de un gobierno dictatorial a un gobierno democrático, y es lo que se dio en el Ecuador. Nosotros pasamos por todo eso ya», dijo a la Voz de América, la embajadora de Ecuador en Washington, Ivonne Baki.
El informe de Freedom House propone acciones multilaterales por parte de los países para fortalecer las libertades y hacer frente al autoritarismo, “vinculado a una captura del estado por movimientos populistas y liderazgos muy personalizados que crecen a partir de la elección pero que poco a poco van atacando las instituciones del Estado”.