El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo el domingo que «varios ciudadanos estadounidenses estaban entre los muertos» en una serie de explosiones de bombas en Sri Lanka en la mañana de Pascua que mataron a más de 200 personas e hirieron a otras 450.
Un comunicado del Departamento de Estado «condena en los términos más enérgicos los ataques terroristas en Sri Lanka en la mañana de Pascua», y dice que: «Los ataques contra personas inocentes que se reúnen en un lugar de culto o que disfrutan de una comida festiva son afrentas a los valores y libertades universales que apreciamos, y demuestran una vez más la naturaleza brutal de los terroristas radicales cuyo único objetivo es amenazar la paz y la seguridad» agrega el mensaje.
El comunicado también señala que: «Estados Unidos ofrece nuestras más profundas condolencias a las familias y amigos de los fallecidos y desea una rápida recuperación para todos los heridos». Y añade que: «Si bien todavía están surgiendo muchos detalles de los ataques, podemos confirmar que varios de los ciudadanos estadounidenses se encontraban entre los muertos».
«La Embajada de Estados Unidos está trabajando incansablemente para brindar toda la asistencia posible a los ciudadanos estadounidenses afectados por los ataques y sus familias», dice el comunicado.
El secretario Pompeo apunta que: «Estos ataques viles son un claro recordatorio de por qué Estados Unidos sigue resuelto en nuestra lucha por derrotar al terrorismo». También dice que: «Estamos con el gobierno y el pueblo de Sri Lanka cuando enfrentan el extremismo violento y hemos ofrecido nuestra ayuda mientras trabajan para llevar a los perpetradores ante la justicia».
La Casa Blanca, en una declaración el domingo, condenó los ataques y dijo que Estados Unidos «está al lado del gobierno y el pueblo de Sri Lanka cuando llevan ante la justicia a los perpetradores de estos actos despreciables y sin sentido».
Horas antes, un funcionario de Sri Lanka, citado por cadena CNN, indicó que al menos 35 extranjeros habían muerto en la serie de ocho ataques con explosivos a tres iglesias y cuatro hoteles de lujo de la isla nación, la mañana del Domingo de Pascua.
China y Portugal fueron los primeros países en reportar víctimas en los ataques.
Medios estatales chinos informaron que un ciudadano chino murió en los ataques, que según las autoridades de Sri Lanka, parecían en su mayoría haber sido ataques suicidas.
La Embajada de China en Colombo había reportado antes que había cuatro ciudadanos chinos hospitalizados en condición estable, pero no estaba claro si la persona fallecida es uno de ellos.
La Embajada de China emitió un recordatorio de seguridad para las empresas locales financiadas por chinos, las delegaciones chinas en el extranjero y las que visitan China.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Portugal confirmó que una de las víctimas era un ciudadano portugués. En una publicación en Twitter, el Ministerio ofreció condolencias a la familia.
El alto comisionado de Gran Bretaña para Sri Lanka dijo que el gobierno del Reino Unido entiende que «algunos ciudadanos británicos resultaron atrapados en las explosiones», pero es demasiado pronto para decir cuántos pueden haber resultado afectados.
James Dauris, urgió a los británicos a contactar a sus familiares para informarles que están bien.
El ministro de Relaciones Exteriores holandés, Stef Blok, dijo que un ciudadano holandés se encuentra entre los muertos de las explosiones en Sri Lanka.
Blok en una publicación de Twitter no da detalles y dice que está «horrorizado por los terribles ataques».
Vuelos fuera del país se realizarán pese a toque de queda
SriLankan Airlines ha anunciado a los pasajeros que reservaron vuelos fuera del país que podrán volar a pesar del toque de queda impuesto después de los ataques mortales del Domingo de Pascua.
La aerolínea dice en un comunicado que los viajeros de todas las aerolíneas que operan fuera del Aeropuerto Internacional de Bandaranaike pueden acceder al aeropuerto mostrando sus boletos y pasaportes en los puntos de control. Indica también la seguridad se ha reforzado en el aeropuerto y aconseja a los pasajeros que lleguen cuatro horas antes de sus vuelos programados.
Toque de queda
Las autoridades han impuesto un toque de queda nocturno de 12 horas a partir de las 6 p.m. después de la serie de explosiones coordinadas sacudió a la nación isleña mayormente turística.
El gobierno también recortó el acceso a la mayoría de redes sociales indicando que lo hacía para combatir la desinformación.
También se informó que hay siete detenidos en relación a los ataques. No se ha dado más detalles al respecto.
Los turistas extranjeros en Sri Lanka comenzaron a contactar a sus seres queridos en todo el mundo para decirles que estaban bien después de las explosiones.
Los trabajadores del turismo local se sorprendieron y se mostraron consternados por los ataques.
«Después de tantos años, hemos empezado de nuevo», dijo Gamini Francis, un trabajador de hoteles de larga data. «Mucha gente va a perder sus empleos. 100% seguro. Es trágico. Los locos matan a personas inocentes».
Más de 50 personas murieron en la iglesia católica de estilo gótico de San Sebastián en Katuwapitiya, al norte de Colombo, dijo a Reuters un oficial de la policía, con fotos que mostraban cuerpos en el suelo, sangre en los bancos y un techo destruido.
Los medios informaron que 25 personas fallecieron en otro ataque a una iglesia evangélica en Batticaloa, en la Provincia Oriental.
Los tres hoteles afectados fueron el Shangri-La Colombo, el Kingsbury Hotel en Colombo y el Cinnamon Grand Colombo. No estaba claro si hubo víctimas en esos lugares.
Las primeras seis explosiones fueron reportadas en un corto período justo cuando empezaban los servicios religiosos de la mañana.
Nadie se ha adjudicó aún la responsabilidad por los hechos de violencia en un país que estuvo en guerra durante décadas con los separatistas tamiles hasta 2009, una época en la que los ataques con bombas en la capital eran frecuentes.
Los grupos cristianos dicen que han enfrentado una creciente intimidación de algunos monjes budistas extremistas en los últimos años. En 2018 hubo enfrentamientos entre la mayoría de la comunidad budista cingalesa y la minoría musulmana, con algunos grupos budistas de línea dura acusando a los musulmanes de obligar a las personas a convertirse al Islam.
fuente:voanoticias