México anunció este lunes en la tarde que concedía asilo político a Evo Morales un día después de que renunciara a la presidencia de Bolivia tras días de presión social e internacional.
En una corta rueda de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, informó que Morales había respondido a su propuesta y «solicitó verbal y formalmente asilo político” en el país, el cual fue concedido “por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia”.
Explicó que ahora informarán al Senado para solicitar su respaldo a la decisión. Pedirán a las autoridades bolivianas el correspondiente salvoconducto para Morales y el respeto “y garantías de la vida, integridad personal y libertad”.
«El otorgamiento de asilo es un derecho soberano del estado mexicano que va acorde con sus principios normativos en política exterior para proteger los derechos humanos y respetar la autodeterminación de los pueblos», indicó
En una alocución más temprano, Ebrard explicó que para México lo ocurrido en Bolivia es un “golpe de estado” pues “el ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional en ese país”.
Indicó que el país busca “revindicar y demandar el respeto al orden constitucional y a la democracia en Bolivia”. Por ello, pidieron a los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que se reúnan con urgencia para abordar la situación en Bolivia.
Al ser cuestionado sobre los paralelismos con Venezuela, indicó que en el caso venezolano “se nos pedía que contradijéramos la Doctrina Estrada y que México reconociera a alguien que no fue electo para ser presidente, en contra de un gobierno establecido. Son dos cosas muy diferentes”.
Luego de darle la noticia del asilo, la agencia Associated Press reportaba que dos abogados venezolanos, por iniciativa propia, habrían solicitado medidas cautelares a favor de y su ex vicepresidente Álvaro García Linera en la omisión Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington.