La prohibición al presidente Donald Trump en las redes sociales ha hecho que populistas y autoritarios europeos teman acciones similares contra ellos.
Los líderes populistas de Europa están indignados por la decisión de los gigantes de las redes sociales estadounidenses de bloquear al presidente Donald Trump para que no publique en sus plataformas. Temen que Facebook, Twitter y otras compañías de redes sociales podrían empezar a bloquearlos a ellos también.
El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki condenó a los gigantes de internet el martes. “La censura de la libertad de expresión, el dominio de regímenes autoritarios y totalitarios, está regresando hoy en la forma de un nuevo mecanismo comercial combatiendo a aquellos que piensan diferente”, escribió en Facebook.
El partido gobernante polaco, Partido Ley y Justicia, ya ha elaborado un proyecto de ley destinado a limitar el poder de los gigantes de las redes sociales para retirar contenido y bloquear a los usuarios.
El proyecto fue propuesto luego que Twitter empezara a etiquetar como contenido engañoso los tuits de Trump y de sus simpatizantes disputando los resultados de las elecciones de noviembre. Los legisladores dicen que no debería haber ninguna censura de compañías de redes sociales o límites a la expresión porque el debate es la esencia de la democracia.
Críticos en la oposición dicen que la medida propuesta no encaja con los esfuerzos del partido de gobierno para silenciar a los medios nacionales y para convertir los medios estatales en vehículos de propaganda. Esas medidas están actualmente siendo investigadas por la Unión Europea, que ha acusado al gobierno polaco de socavar las normas democráticas.
El gobierno polaco también ha prometido traer a los medios extranjeros en el país bajo su control, lo cual los críticos temen signifique convertirlos en medios de propaganda.
Bajo el proyecto de ley, si un contenido es retirado, la empresa de redes sociales tendría 24 horas para responder a una queja de un usuario y cualquier decisión podría ser apelada ante una recién creada corte especial.
Líderes populistas no están solos al denunciar las medidas de los gigantes de las redes sociales. En toda Europa hay una cierta inquietud, independientemente de la afiliación política, ante la censura por gigantes de redes sociales y por su expulsión de Trump, una respuesta al intento de la semana pasada por descarrilar la certificación de las elecciones por un grupo de agitadores que atacaron el Capitolio. Twitter citó violaciones a sus políticas de integridad civil para bloquear a Trump.
Facebook está bloqueando y borrando contenido que usa la frase “stop the steal” (Paren el robo), la cual se refiere a alegatos falsos de los seguidores de Trump sobre un supuesto fraude electoral. Y Twitter dice que ha suspendido más de 70.000 cuentas de adherentes a las conspiraciones de QAnon, que creen que Trump está librando una guerra secreta contra una élite satánica de pedófilos en el gobierno, los negocios y los medios.
La canciller alemana Angela Merkel ha expresado sus preocupaciones por las acciones de Twitter, Facebook e Instagram, diciendo que han cruzado la raya.
“El derecho de la libertad de opinión es de fundamental importancia”, dijo su portavoz, Steffen Seibert esta semana. Pero las campañas están montándose en Alemania y otros países europeos para que los gigantes de redes sociales bloqueen los discursos de odio, la desinformación populista y las noticias falsas de sus plataformas, independientemente de quién sea el autor.
Asimismo, la presión política está aumentando para un endurecimiento de las restricciones regulatorias que algunos gobiernos europeos ya han introducido para supervisar las redes sociales.
Al hablar de su preocupación por el bloqueo de Trump por las redes sociales, el portavoz de Merkel citó la Ley de Cumplimiento de Redes de Alemania, la cual fue aprobada en 2018 y requiere a las plataformas de redes sociales a que retiren material potencialmente ilegal dentro de 24 horas de haber sido informados o afrontar multas de hasta 60 millones de dólares.
Seibert dijo que la libertad de expresión sólo debería ser restringida en línea “con las leyes y dentro del marco definido por la legislatura, no por la decisión de la administración de las plataformas de redes sociales”.
Pero algunos legisladores alemanes quieren que la ley sea endurecida y también están urgiendo a las compañías de redes sociales a ser más proactivos en sus esfuerzos por bloquear lo que consideren sean discursos peligrosos. El legislador socialdemócrata alemán Helge Lindh le dijo a la cadena alemana Deutsche Welle que Alemania “no está haciendo suficiente”, diciendo que se necesitan más restricciones.
El parlamento alemán aprobó legislación el año pasado que aseguraría el enjuiciamiento de aquellos que cometan actos de odio o por incitarlo en línea. Bajo la legislación, las empresas de redes sociales habrían sido obligadas a retirar comentarios de odio hacia la policía e identificar a sus autores.
La aprobación final de la legislación fue interrumpida, sin embargo, debido a objeciones presentadas por la Corte Constitucional del país, la cual falló que parte de la legislación está en conflicto con las leyes de protección de la información. La corte llamó a que se hicieran ajustes que están previstos a ser debatidas por los legisladores alemanes en este mes.
Políticos populistas tienen más que perder del nuevo enfoque sobre la desinformación en la internet, ya sea que el resultado sea una más estricta regulación gubernamental o simplemente que las empresas de redes sociales sean más restrictivas en Europa.
Los populistas tienden a lograr mayor apoyo usando las redes sociales que los políticos y partidos tradicionales, dice Ralph Schroeder, un académico en el Instituto de la Internet de Oxford, parte de la inglesa Universidad de Oxford.
“Ellos podrían perder más junto a otros políticos, en la izquierda la derecha y más allá, que buscan una política que sea anti-establecimiento y exclusionaria hacia los extraños”, le dijo a la VOA. “La razón es que las redes sociales les dan los medios para expresar ideas que no pueden expresar en medios tradicionales o en afiliaciones partidarias tradicionales”.