Mientras tanto, la situación en la localidad en Necoclí, en el norte del país, es cada vez más grave. Se estima que el número de migrantes es casi igual al número de vecinos.
“Les están cobrando a los migrantes haitianos más de mil dólares por persona y llegan a cobrar muchísimo más por un viaje hasta Medellín, Pereira, Necoclí”, manifiesto el coronel Edgar Ávila, comandante de Policía en Ipiales, municipio fronterizo con Ecuador, puerta de entrada de los migrantes a Colombia.
El oficial señala que las organizaciones criminales se aprovechan de la falta de comprensión del idioma por parte de los migrantes haitianos, así como de las diferencias culturales y de la tasa de cambio, entre la moneda colombiana, en referencia al valor del dólar, para cobrar sumas exorbitantes, si se tiene en cuenta que un bolero legal, de trasporte por carretera hacia el norte del país, tiene un valor cercano a los 50 dólares.
Incluso las autoridades, en el departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador, han detectado terminales ilegales de trasporte donde los migrantes se someten a todo tipo de abusos para conseguir un medio de transporte.
La Superintendencia de Transporte ha impartido millonarias multas a las empresas que cobran precios desmedidos por los pasajes o realizan viajes sin autorización, Así mismo, han inmovilizado decenas de vehículos utilizados para el transporte ilegal de migrantes; sin embargo, las redes de tráfico de personas continúan operando sin control.
El profesor de la Universidad del Rosario y analista internacional, Mauricio Jaramillo, consultado por la Voz de América, indicó que se requiere un trabajo conjunto entre las autoridades de los países afectados por el fenómeno migratorio para atacar los eslabones de esta cadena criminal.
“El tema migratorio es de carácter trasnacional, es decir es un tema que no puede resolver un solo estado aislado del resto, al no haber una política compartida en Sudamérica, aquellos países que tienen menos controles fronterizos, como es el caso de Colombia, son los países que terminan recibiendo más migrantes” indica el analista, lo que ocasiona que las redes de tráfico de personas busquen un lucro con esta situación.
“Uno esperaría que las autoridades sean duras con los eslabones fuertes, es decir con las personas que se aprovechan de esta desgracia y deben ser blandas con aquellas personas que son víctimas, acota Jaramillo.
Entre tanto, mientras Panamá solo permite el ingreso de 500 migrantes por día a su territorio, diariamente llegan a Necoclí, en promedio, 1.500 migrantes, agravando la situación en esta población del norte de Colombia.
“Creo que estamos casi igual entre la población local, que somos alrededor de 20.000 habitantes en Necoclí y en este momento tenemos cerca de 18.000 migrantes en el municipio” afirmó César Zúñiga, director de la Oficina de Gestión del Riesgo de esta población.
Por su parte, Luis Fernando Suarez, gobernador del departamento de Antioquia aseguró que lo más preocupante de la situación es el problema sanitario y de atención en Salud.
“Los problemas generados por la generación de basuras, los sistemas de acueducto y alcantarillado del municipio, allá hay una realidad y es que la atención de esas personas en el sistema de Salud prácticamente no hay quien los pague”, señaló el gobernador.
Las autoridades regionales reiteraron el pedido a la Cancillería y el Gobierno Nacional para que se establezcan nuevos acuerdos con Panamá y se permita el ingreso, a ese país, de un mayor numero de migrantes para amilanar la crisis que social generada por el represamiento.