La muerte de George reavivó en Estados Unidos las protestas por la violencia policial contra la comunidad afroestadounidense.
Incendios, saqueos y masivas protestas es el escenario que se vive en la ciudad de Minneapolis tras la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano de 46 años que falleció tras pedir ayuda cuando un policía lo ahorcaba con su rodilla so pretexto de resistirse a la autoridad.
Cientos de personas permanecieron en las calles de Minneapolis protestando por la muerte de George Floyd quien falleció después de ser detenido y asfixiado por un policía de la ciudad, a pesar de haber pedido socorro por no poder respirar.
Las imágenes de este hecho invadieron las redes sociales y desataron la indignación no solo de los ciudadanos sino también del gobernador de Minnesota quien condenó el abuso de poder y advirtió que la situación en Minneapolis se está volviendo muy peligrosa.
El gobernador de Minnesota advierte que la situación es extremadamente peligrosa, al mismo tiempo que nuevos videos aparecen contradiciendo la versión de la Policía.
Personas salieron a las calles a protestar cantando consignas como: “Sin justicia, no hay paz” y “No puedo respirar”, las últimas palabras pronunciadas por Floyd antes de desvanecerse.
El reverendo Al Sharpton y Gwen Carr, la madre de Eric Garner hablaron sobre la necesidad de responsabilizar a los agentes de policía por sus acciones.
Así quedó uno de los edificios quemados por los manifestantes.
Un monumento se encuentra fuera de Cup Foods, donde George Floyd fue asesinado bajo custodia policial.
Además, las tiendas del lugar fueron saqueadas en señal de protesta.
Los saqueadores abandonan una tienda Target cerca del recinto policial de Minneapolis mientras los manifestantes chocan con los oficiales.
“Es un trágico recordatorio de que no se trata de un incidente aislado, forma parte de un ciclo de injusticia sistemática que aún persiste en nuestro país”, dijo el ex vicepresidente y candidato presidencial demócrata Joe Biden.
Biden comparó este caso con la muerte de Eric Garner en Nueva York en 2014. El hombre negro murió después de ser asfixiado cuando fue detenido por agentes de policía blancos, bajo la sospecha de vender cigarrillos de contrabando.
El caso de Garner contribuyó al surgimiento del movimiento de protesta “Black lives Matter” (La vida de los negros importa). A lo largo de los años, otras muertes de estadounidenses negros a manos de policías blancos han causado manifestaciones y disturbios en varios puntos del país.
