En la ciudad de Goma, al este de la República Democrática del Congo, hay un lugar donde las mujeres que fueron víctimas de violaciones y los hijos producto de dichos abusos pueden empezar una nueva vida.
«La tradición dice que ellas deben estar avergonzadas de lo que sucedió y hasta se ve con buenos ojos que las muchachas se suiciden como forma de restablecer el honor de la familia», cuenta Armando Sartorotti, fotoperiodista uruguayo que en 2014 visitó el hogar de acogida llamado Centro Tulizeni.
El reportero gráfico y editor de fotografía del diario uruguayo El Observadoragrega: «Los niños producto de las violaciones también son rechazados socialmente porque se dice que los hijos de bandidos serán también bandidos».
La serie fotográfica «Je suis, I am, Yo soy», actualmente en exposición en Montevideo, es el resultado de su visita al hogar donde en ese entonces vivían 12 mujeres víctimas de violaciones junto a sus hijos y 15 huérfanos de la guerra.