En Ciudad de México prosiguen las labores de desescombro tras el devastador accidente en la línea 12 de metro que dejó al menos 24 muertos y 79 heridos el lunes por la noche.
La identificación de las víctimas mortales avanza lentamente mientras las autoridades informan que es «muy baja» la probabilidad de que queden personas atrapadas entre los hierros.
La Fiscalía de la capital informó que está trasladando los cuerpos de los fallecidos a las oficinas territoriales del Ministerio Público en Iztapalapa, en el este de la ciudad, para la identificación de los familiares.
Qué pasó
El accidente ocurrió el lunes a las 22:22 hora local (03:22 GMT del martes) cuando cedió una viga de un puente elevado de la línea 12, entre la estaciones Olivos y Tezonco, en el sureste de la ciudad, lo que hizo caer un tren con pasajeros que quedó encallado en forma de «V».
Las imágenes del derrumbe del puente, que cayó encima de coches que circulaban por la calle, conmocionaron al país en la mayor tragedia que se recuerda en la capital desde el terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Una insoportable espera
Al lugar de los hechos han acudido familiares de usuarios que viajaban en el metro, desesperados por tener algún tipo de noticia.
«No me proporcionan la lista de muertos, quiero saber si mi hijo está muerto», le dijo a la agencia Efe Marisol Tapia, madre de Giovanni Hernández, un joven de 13 años que viajaba en el tren.
Labores de reconstrucción
Mientras el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunciaban el martes la puesta en marcha de una investigación sobre las causas del accidente, los equipos de trabajo intentaban retirar los vagones colapsados.
Línea problemática
El metro de Ciudad de México es uno de los más transitados del mundo, con unos 6 millones de pasajeros diarios.
Los ciudadanos han criticado la precariedad de las instalaciones y la falta de mantenimiento de una infraestructura que suele padecer interrupciones.
La línea 12 del metro, donde se registró el accidente, también conocida como «la línea dorada», fue inaugurada en octubre de 2012 cuando el actual canciller de México, Marcelo Ebrard, era jefe de gobierno de la capital del país.
En su construcción participaron la francesa Alstom y las mexicanas ICA y una unidad de Grupo Carso, de la familia del millonario mexicano Carlos Slim.