LAS CARTAS ESCRITAS CON ORINA REVELAN EXPERIMENTOS HUMANOS EN CAMPOS NAZIS

Cerca de 27 cartas secretas escritas con orina del campo de concentración de mujeres en Ravensbruck que contienen información sobre experimentos médicos llevados a cabo en las prisioneras fueron donadas al Museo de los Mártires “Under the Clock” (Bajo el Reloj) de Lublin, en el este de Polonia, donde serán preservadas.

La colección de cartas proviene de la familia de Krystyna Czyz-Wilgat, una de las autoras. Los textos se escribieron con un palillo de tilo, pero debido a una reacción ácida con el papel, la orina perdió su color en poco tiempo y luego se hizo invisible.

“Las cartas se pueden leer porque fueron planchadas y la escritura adquirió un color café,” explicó Barbara Oratowska, la curadora del museo.

El mensaje cifrado se leyó después de calentar la carta. La primera carta enviada contenía una pista indicando que las siguientes se escribirán con orina.

Gracias a estos mensajes, se descubrió la lista de 74 mujeres de Lublin que fueron sometidas a experimentos médicos, tales como inyecciones para probar nuevos fármacos en mujeres que sufrían de gangrena.

“Allí, en el campo alemán, los experimentos fueron llevados a cabo por médicos alemanes con títulos de profesor,” dijo Oratowska.

“A pesar de que el campo de Auschwitz era conocido, en Ravensbruck pocos sabían de su existencia, y sólo esas mujeres polacas divulgaron lo que sucedía. Por lo tanto, estas cartas son una evidencia histórica muy valiosa,” agregó.

Las cartas, enviadas entre 1943-1944 desde Ravensbruck, un campo de concentración alemán a 80 kilómetros al norte de Berlín, contenían mensajes escritos con orina entre las líneas y en los márgenes de las cartas dirigidas a las familias, que fueron censuradas.

Oratowska dijo que algunas de ellas estaban en malas condiciones y requerían trabajo de preservación. No se sabía si podrían exhibirse al público.

Entre 1939 y 1945, 130.000-132.000 prisioneras pasaron por el campo de Ravensbruck. Un tercio de ellas eran polacas.

Gracias a las cartas, los experimentos en Ravensbruck fueron conocidos en el extranjero en 1945, antes del final de la guerra.

Tras la derrota de Alemania, 20 médicos de varios campos fueron juzgados como criminales de guerra por un tribunal militar de Estados Unidos en el primer juicio de Nuremberg tras la guerra. Siete fueron condenados a muerte y otros siete fueron sentenciados a cadena perpetua.

Fuente: The Jerusalem Post

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