El conjunto de ocho buques incluye el único portaaviones militar del que dispone el Kremlin.
Europa observa con pavor un movimiento militar de Rusia que puede resultar decisivo en la batalla por Alepo. Un grupo de ocho buques de guerra rusos se dirigen hacia la parte oriental del Mediterráneo, previsiblemente para reforzar las posiciones que Moscú ya mantiene en Siria. Los barcos atravesaron ayer el canal de la Mancha, vigilados de cerca por la marina británica. La OTAN alerta de que esta travesía puede culminar en un agravamiento aún mayor de la guerra en Siria, con bombardeos intensificados sobre Alepo.
“No es anormal ver un despliegue de cargueros rusos en el Mediterráneo. Lo que es anormal es que ese grupo pueda ser parte de una operación de combate, de bombardeos contra Alepo. Y esa es la razón por la que estamos preocupados”, precisó el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, el pasado jueves. Algunos expertos consideran que ese despliegue ruso hacia el Mediterráneo representa una de las mayores exhibiciones de fuerza desde la Guerra Fría.
Al igual que ha ocurrido al pasar cerca de territorio británico, la Alianza coordina la salida de barcos o aviones de sus países miembros, que parten al encuentro de los buques rusos para asegurarse de que no abandonan aguas internacionales y para disuadir de cualquier exceso. Hasta ahora no se han producido incidentes.
La singularidad de esta comitiva naval reside en que incluye el único portaaviones militar con el que cuenta Rusia: el Almirante Kuznetsov. Esa presencia da pistas sobre una posible intensificación de los bombardeos en la ciudad siria de Alepo, hasta ahora bajo control rebelde y que el régimen trata de arrebatar a los grupos opositores a través de bombardeos indiscriminados. “Nos preocupa que los cargueros vayan a apoyar las operaciones militares en Siria de forma que aumenten el sufrimiento humano”, resumió Stoltenberg.
El desplazamiento de los barcos coincide con un alto el fuego decretado por Rusia para permitir el reparto de ayuda humanitaria y que fue sido extendido hasta ayer viernes. Esa doble actuación cuadra con la estrategia que ha desplegado Moscú otras veces, también en el conflicto de Ucrania. Por un lado, se ofrece alguna señal de distensión (en este caso el jueves, justo cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la UE debatían si aplicaban más sanciones a ciudadanos o entidades rusas por su papel en Siria). Por otro, se aprovecha para camuflar un reforzamiento militar.
Se cree que la flotilla, que partió de aguas rusas hace varios días y ha atravesado ya el mar del Norte, continuará su ruta hacia el sur en el camino hacia Siria. En todas esas etapas habrá escolta “responsable y mesurada” de la OTAN, en palabras de su secretario general.
Fuente:internacional.elpais.com