La inflación sigue impactando principalmente el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas.
De las 12 cadenas que conforman el Índice de Precios al Consumidor (IPC), indicador base para la inflación, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas fue el que más subió en junio tras sumar 1.09 puntos y llegar a 14.37 %.
El área de muebles y artículos para el hogar registró el segundo incremento más grande, con 0.48 puntos más y alcanzó 9.62 %.
El sector de prendas de vestir y calzado también reportó un alza en los precios, pues pasó de reflejar un 3.57 % en mayo y aumentó hasta los 3.78 % en junio. La inflación sigue afectando el alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, incrementando 0.05 puntos y sumando 3.51 % en el IPC.
Los datos del BCR revelan que las cadenas de salud, recreación y cultura, restaurantes y hoteles, y bienes y servicios también incrementaron 0.11 %, 0.05 %, 0.15 % y 0.18 % respectivamente.
El país refleja ligeras bajas en el sector de bebidas alcohólicas y tabaco (de 0.11 %) y transporte (1.06 %). Mientras que el sector de comunicaciones sigue estático en una contracción de -0.11% y educación con 1.55 %.
El fenómeno inflacionario comenzó a cobrar fuerza en El Salvador desde enero del 2021, luego de sufrir contracciones durante la pandemia por covid-19, a tal punto que en el último año pasó de un 2.59 % en junio del 2021 a 7.76 % para el mismo mes de este 2022.
El economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Ricardo Castaneda, indicó que en la medida que los precios sigan subiendo y los ingresos de las personas no lo hagan, se observará un deterioro de la capacidad de pago y un aumento de la pobreza y la desigualdad.
“Es ahí los elementos a los cuales se debe prestar atención porque en el contexto económico lo que está mostrando es una desaceleración económica para el país”, enfatizó Castaneda.
Salvadoreños ajustan gastos.
El mayor costo de los alimentos les pasa factura a los salvadoreños. Abigail Campos explicó a Diario El Mundo que ahora realiza las compras cada 15 días y clasifica los alimentos de acuerdo a la fecha de vencimiento y reutiliza productos, como el aceite, y no desperdician la comida.
Campos también consume huevos indios producidos por su familia, y cocina todos los frijoles de una sola vez y luego los congela para utilizarlo solo cuando sea necesario.
Aunque algunos salvadoreños han tenido que incrementar hasta un 50 % el presupuesto que utilizan para las compras mensuales, otros han preferido seguir gastando lo mismo pero comprando menos productos o de menor calidad.
Ever Vitelo, por su parte, intenta consumir alimentos orgánicos y en su casa se ha dejado de comprar harina de pan y prefieren acompañarse con las tortillas.
Al norte del país, Arely Amaya señaló que compra lo que van a utilizar en su hogar, verduras y algunas carnes, reduciendo el acceso de fruta por su alto costo. En las comidas también omiten ciertos ingredientes y al momento de elaborar sopas evitan colocarles carnes.
“También lo que hacemos es tratar de no comprar comida a restaurantes y todo eso porque sale mucho más caro”, puntualizó Amaya.
Los huevos, carnes, frutas, lácteos son algunos de los productos que más han impactado a los salvadoreños.