De acusada a víctima. La Federación Internacional de Fútbol Asociado, la FIFA, dio un nuevo paso en su campaña por recuperar la credibilidad en el organismo que rige el fútbol en el mundo y demandó a los 41 exfuncionarios implicados en el escándalo de corrupción que se destapó en mayo de 2015.
El organismo, que asegura haber sido «tratada injustamente», presentó un recurso de restitución ante la fiscalía general de Estados Unidos y la oficina encargada de vigilar a las personas en libertad condicional del Distrito Este de Nueva York reclamando las decenas de millones de dólares que fueron sacadas del fútbol para beneficio de los exdirigentes que son investigados y acusados por el Departamento de Justicia de EE.UU.
«Todas las personas acusadas abusaron de las posiciones de confianza que mantenían en la FIFA y en otras organizaciones de fútbol y causaron un daño muy grave y duradero a la FIFA, sus asociaciones miembros y la comunidad del fútbol», expresó el recién electo presidente del organismo, Gianni Infantino.
«El dinero que ellos se quedaron pertenece al fútbol global y estaba destinado para el desarrollo y promoción del juego«.
«FIFA, como el organismo que regula el fútbol en el mundo, quiere recuperar ese dinero y está decidida a tenerlo sin importar cuánto tiempo lleve», aseguró el dirigente en un comunicado.
Se estima que decenas de millones de dólares fueron desviados ilegalmente de la comunidad del fútbol a través de sobornos, coimas y métodos de corrupción que tramaron los acusados.
«Ni mansiones ni piscinas»
FIFA no sólo busca la restitución del dinero que se tomaron furtivamente para enriquecerse, pero también los salarios, los beneficios y los bonos que les fueron pagados durante el tiempo que ocuparon sus cargos.
También exige compensación por el daño que sus acciones causaron al nombre de la FIFA y su reputación, la propiedad intelectual del organismo y las relaciones de negocios.
«Los acusados desviaron dinero no sólo de la FIFA, sino también de jugadores, entrenadores y aficionados de todo el mundo que se benefician de los programas que la FIFA implementa para desarrollar y promocionar el deporte», añadió Infantino.
«Estos dólares estaban destinados a construir campos, no mansiones ni piscinas; uniformes de fútbol, no joyas ni autos; y para apoyar a futbolistas jóvenes y la preparación de entrenadores, no para subrayar una vida de lujo para los ejecutivos».
El editor de BBC Sports, Dan Roan, cree que muchas personas podrían pensar que la FIFA se está demandando a ella misma, «un conveniente y cínico acto de hipocresía, dada la cercana relación de los acusados con la organización».
Pero considera que se percibe un camino diferente, en especial al «aceptar públicamente por primera vez que algunos antiguos miembros del Comité Ejecutivo vendieron regularmente sus votos y que el pago de Sudáfrica a Jack Warner y Chuck Blazer fue en realidad un soborno» para ser elegida como sede de la Copa del Mundo 2010.
«Es difícil imaginar ese tipo de admisión con Blatter en el poder, pero Infantino espera que pueda ayuralo a demostrar que el organismo está cambiando».
fuente:bbcmundo