Al ser puesta en marcha la medida, al menos 28 millones de niños estadounidenses, de entre 5 y 11 años de edad, podrían empezar a recibir la vacuna en pocos días.
Queda un obstáculo normativo más: El martes, los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades harán recomendaciones más detalladas sobre cuáles jóvenes deben vacunarse, y se espera que la directora de la agencia tome una decisión final poco después.
Algunos países han empezado a utilizar otras vacunas contra el COVID-19 en niños menores de 12 años, como China, que acaba de empezar a vacunar a los niños de 3 años. Pero muchos de los que utilizan la vacuna fabricada por Pfizer y su socio BioNTech están pendientes de la decisión de Estados Unidos, y los reguladores europeos apenas empezaron a considerar las dosis de tamaño infantil de las empresas.
Con la acción de la FDA, Pfizer planea comenzar a enviar millones de viales de la vacuna pediátrica —con tapas naranjas para evitar confusiones con las dosis con tapa púrpura para todos los demás— a los consultorios médicos, farmacias y otros lugares de vacunación. Los niños recibirían dos dosis con tres semanas de diferencia.
Aunque los niños corren menos riesgo de sufrir enfermedades graves o de morir a causa del COVID-19 que las personas mayores, los niños de 5 a 11 años se han visto gravemente afectados, con más de 8.300 hospitalizaciones en Estados Unidos, un tercio de las cuales ha necesitado cuidados intensivos, y casi 100 muertes desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, según la FDA.