Las pandemias pueden y deben prevenirse. Es costoso. Pero más costoso es intentar combatir las pandemias cuando ya surgieron. Un reporte dice que se quiere hacer un llamado optimista al cambio, a un cambio transformador de las costumbres y prácticas humanas Dicen que una onza de prevención vale más que cien libras de medicamentos.
La destrucción ecológica y un nivel de consumo no sostenible han llevado a la humanidad a una “era de pandemias”, según un nuevo reporte.
«Sin estrategias preventivas, las pandemias surgirán con más frecuencia, se propagarán más rápidamente, matarán a más personas y afectarán la economía mundial con impactos más devastadores que nunca antes”, pronostica el reporte de la Plataforma Intergubernamental para Políticas Científicas sobre Biodiversidad y Ecosistemas (IPBES), un organismo internacional que asesora a gobiernos.
Los autores dicen que aproximadamente unos 50.000 millones de dólares anuales destinados a la prevención de pandemias le ahorrarían al mundo casi un billón por año en daños económicos, sin mencionar el sufrimiento humano.
El reporte sugiere formas para cambiar el enfoque hacia la prevención, en lugar de intentar contener las pandemias una vez que ya han surgido.
Contagio inicial
En julio, el daño económico del COVID-19 era de por lo menos 8 billones de dólares, dicen los autores.
Es solo la más reciente y costosa enfermedad en surgir, después del VIH-SIDA, el ébola, el zika y el H1N1, entre otras.
Todas estas enfermedades mortales se originaron en animales antes de darse “el contagio inicial” hacia los humanos. Casi tres cuartas partes de todas las enfermedades tienen sus orígenes en animales. Y hay cientos de miles de otros virus infecciosos que aún no han sido descubiertos, señala el reporte.
Pero no culpen a los animales. La tasa de contagio ha aumentado debido a actividades humanas.
El COVID-19 es un ejemplo del problema, dicen los autores. El coronavirus que causa la enfermedad posiblemente surgió de murciélagos en China, donde la creciente población humana está invadiendo cada vez más el hábitat de los animales silvestres. Posiblemente se propagó como resultado del tráfico de animales salvajes, un mercado donde los comerciantes venden animales para comida o medicina.
La deforestación, la expansión agrícola, la urbanización y otros cambios en el uso de la tierra son responsables por casi una tercera parte de todas las nuevas enfermedades que han surgido desde 1960, dice el reporte. El mercado de unos 100.000 millones en animales silvestres es también responsable del avance de nuevas y existentes enfermedades y es una amenaza a la biodiversidad.
No es tarde aún
Sin embargo, “este no es un reporte pesimista diciendo que el mundo se va acabar y que ya es muy tarde”, dijo el autor del reporte, Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, una organización dedicada a la salud, la preservación del medioambiente y el desarrollo. “Este es un llamado optimista a la acción”.
La estrategia actual para lidiar con pandemias es esperar que ellas aparezcan y tratar de identificarlas antes que avancen”, dijo Daszak.
El COVID-19 ha demostrado las fallas de ese plan. Las autoridades chinas intentaron contenerlo después que la enfermedad apareció a finales del año pasado, pero ya era demasiado tarde.
«Y aquí estamos esperando una vacuna y medicamentos que funcionen”, dijo Daszak. “No es una buena estrategia. Necesitamos hacer más”.
El reporte pide un “cambio transformador hacia prevenir las pandemias”. Parte de ese cambio debe provenir de los consumidores; uno de los cambios tiene que ver con el consumo de carne.
La demanda de carne genera un aumento en el riesgo de pandemias de dos formas, dice el reporte. Alimentar a animales comestibles es un motor de deforestación. También, la crianza intensiva de animales, que mantiene a muchos animales en un pequeño lugar, con frecuencia cerca de personas, facilita que los gérmenes salten a otras especies.
«Podemos continuar comiendo carne”, dijo Daszak, “pero debemos hacerlo en una forma que sea más sostenible si queremos librarnos de las pandemias”.
El reporte sugiere impuestos sobre la carne o animales comestibles u otra forma de incorporar los costos de las pandemias al precio de producción y consumo.
Los consumidores también pueden, por ejemplo, promover el cambio al presionar a las compañías a reducir la deforestación.
«A las compañías globales les importa lo que nosotros, el público, pensemos sobre ellas”, dijo Daszak. “Ellas responden cuando la gente los menciona”.
Las políticas gubernamentales deberían también enfocarse en la prevención de pandemias, dicen los autores.
El riesgo de enfermedades emergentes debería ser incorporado en la planificación del uso de la tierra. Las agencias encargadas con controlar el comercio de vida silvestre deberían enfocarse en reducir el tráfico de especies en alto riesgo de contagiar enfermedades. Y un mayor monitoreo de las enfermedades debería enfocarse en los vínculos entre la salud humana, la salud animal y el medio ambiente, conocido como el enfoque Una Salud.
Todas estas sugerencias, reconoció, “son fáciles de decir, muy difíciles de hacer”. Estas medidas y otras costarían unos 40.000 o 58.000 millones por año, detalla el reporte. Pero con la cuenta de las pandemias promediando un billón de dólares por año, dijo Daszak, “una onza de prevención vale cien libras de medicamentos”.