Esta semana ocurrirá algo asombroso en el Medio Oriente. Mantén eso en mente, porque tus medios locales puede que no lo muestren de esa manera.
Millones de ciudadanos, hombres y mujeres, más allá de su género, etnicidad, raza o religión, se dirigirán a las urnas electorales. Unas elecciones democráticas, totalmente libres, se llevarán a cabo en una sociedad democrática, bajo la vista de medios de comunicación independientes, abiertos y sin restricciones. Se tomarán decisiones libres, las voces de los ciudadanos serán escuchadas y el gobierno cambiará según el resultado.
Lo sorprendente es que esto no será fantástico en absoluto, porque estas elecciones se llevan a cabo en Israel de la misma forma que se han llevado a cabo desde que se restableció el Estado judío hace 70 años.
Busca a Israel en el mapa, haz «zoom out» y verás lo especial y único que es esto. A pesar de las convulsiones de la «Primera Árabe», Israel es tan distinto a sus vecinos como siempre lo fue: aún la única verdadera democracia en Medio Oriente y bastante sólida en esto.
Al norte de Israel, el gobierno del Líbano está comprometido por el Hezbollah, la organización terrorista que es parte del poder gobernante, Siria continúa con la trágica matanza de cientos de miles de su propio pueblo y la sociedad cerrada de Irán, que acaba de celebrar 40 años desde la Revolución Islámica, ha resultado en elecciones fraudulentas una y otra vez.
Al este de Israel, un reno jordano que solo tiene elecciones parcialmente libre y está siendo el calor de las revoluciones árabes que se han convertido en islámicas; al sur un Egipto no democrático donde los cristianos temen por sus vidas y las críticas son reprimidas. Por otro lado, tomen en cuenta al presidente de la Autoridad Palestina Abbas, cuyo término de 4 años se acabó hace más de una década, y no hay elecciones a la vista. Y en Gaza, a pesar de las protestas palestinas contra el régimen dictatorial, la gente de Gaza sigue viviendo bajo las botas del Hamas, que aplasta a sus disidentes.
Ahora volvamos a enfocarnos en Israel, el único país judío del mundo, donde cada ciudadano tendrá la elección de quién lo gobernará, y qué elección! Múltiples partidos se disputarán los votos emitidos en unas 10.000 urnas electorales; los israelíes decidirán el liderazgo que es mejor para su país en una elección libre y justa y se formará una Knesset (parlamento israelí) representativo y proporcional. En la boleta electoral, una gran variedad de temas: guerra y paz, salud, educación, preguntas socioeconómicas, el costo de la vida, transporte, alianzas extranjeras, la legalización de la marihuana y más.
Para crédito de Israel, no se compara a sí mismo con sus países vecinos en la región sino con democracias liberales que tienen un par de siglos de experiencia democrática. El logro extraordinario del Israel moderno es que desde su renacimiento en 1948, y absorbiendo, tal como lo hizo, a personas de una gran variedad de países y sistemas políticos, ha sido un faro de la democracia en un mar de dictaduras.
Eso es Israel, donde el debate es vibrante y escandaloso, las libertades son protegidas, donde, a pesar de las amenazas estratégicas constantes y peligrosas en sus fronteras, la democracia es real y palpable.
La política israelí es compleja, confusa, ruidosa y desordenada. Lo que está en juego es bastante alto, incluso más alto al ser un país en una región en la que la democracia es la excepción y no la regla. Israel lucha por una sociedad justa y equitativa, deseamos la paz con nuestros vecinos, queremos la mejor educación que podemos ofrecer a nuestros hijos. Como todos los países, intentamos de la mejor forma posible e inevitablemente a veces nos quedamos cortos.
Fiel a su forma, los enemigos externos de Israel ya están preparando sus frases sobre cómo el resultado de las elecciones que aún no se decidió será problemática. Están amplificando el criticismo de los propios israelíes sin darse cuenta que solo en este pequeño pedazo de tierra en el Medio Oriente puedes expresar tu furia contra el gobierno, sea en la plaza del pueblo, en publicaciones o en internet. No habrá fotos en los periódicos de los israelíes celebrando con alegría su derecho a votar. Aquí en Israel, lo damos por sentado.
Querido mundo, una cosa increíble está pasando en Israel esta semana. Como con todos los resultados electorales, te pueden gustar o disgustar los resultados. Pero Israel es un excelente ejemplo de una democracia autónoma: debes celebrarla y, al menos, respetarla.
Michael Dickson es el Director Ejecutivo de la organización educativa StandWithUs en Israel.