La condena de los asentamientos en Cisjordania (Judea y Samaria) por el Consejo de Seguridad de la ONU y la clave abstención de EEUU provocaron un grave e inusual choque entre Israel y la Administración de Barack Obama, a pocas semanas de que este finalice su mandato.
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, condenó con extrema dureza la resolución del Consejo, que exige el final de la política de asentamientos, así como la decisión norteamericana de permitir que esta fuese aprobada.
“Israel rechaza esta resolución en la ONU vergonzosa y anti-israelí y no va a cumplir sus términos”, dijo el primer ministro en un comunicado, en el que acusa directamente a “la administración Obama” no solo de “fracasar en proteger a Israel contra esta conspiración en la ONU”, sino también de “confabular entre bastidores” para sacarla adelante.
Para rematar, Netanyahu añade que Israel “está deseando trabajar con el presidente electo (Donald) Trump” y con el Congreso para “anular los perniciosos efectos de esta absurda resolución”.
El jefe del Gobierno también acusó al Consejo de Seguridad de “atacar vergonzosamente a la única verdadera democracia de Oriente Medio, Israel” al tiempo que “no hace nada para frenar la matanza de medio millón de personas en Siria”.
El ministro de Energía, Yuval Steinitz, aseguró que el país se siente “abandonado” por la abstención de Washington: “Estados Unidos ha abandonado a Israel, su único aliado en Oriente Medio”, declaró.
Por su parte, el diputado Yoav Kish, del gobernante Likud, consideró que Obama “ha traicionado” a Israel y “llevado a cabo un truco obsceno en la ONU”.
El viceministro Michael Oren, del partido Kulanu y ex embajador de Israel en Washington, calificó la votación de “un evento triste” y declaró: “Nuestro más importante aliado ha abandonado su política desde 1967 sobre la necesidad de negociaciones cara a cara para resolver el conflicto, una política reiterada en 2011, cuando dijo que la ONU no es el lugar para resolverlo”.
“Es una resolución peligrosa porque nadie en el mundo confía en una potencia que no está junto a sus aliados”, advirtió.
Se trata de la primera vez en una década que EEUU deja pasar una resolución de condena a Israel sin utilizar su derecho a veto, en una ruptura de su posición habitual de que la cuestión de los asentamientos debe solucionarse a través de negociaciones de paz.
Además, este cambio de postura se llevó a cabo en contra de la petición de Trump, que solicitó a Obama que vetase la propuesta.
Tras su aprobación, el presidente electo publicó en su cuenta de Twitter: “Sobre la ONU, las cosas serán diferentes después del 20 de enero”.
La oposición israelí acusa a Netanyahu de un “fracaso diplomático”.
El diputado laborista Yoel Hasón aseguró que “si en lugar de estar ocupado en sus cosas Netanyahu dedicara un cuarto de su tiempo a observar el estatus de Israel en el mundo, se hubiera evitado la resolución”.
Desde la misma formación, la ex ministra de Exteriores y Justicia Tzipi Livni, consideró que detrás de las críticas a Obama “se esconde el fracaso de la diplomacia de Netanyahu”.
Los palestinos, por su parte, celebraron el gesto de la ONU, que el presidente Mahmud Abbás calificó de “fuerte bofetada” a Israel.
“La resolución del Consejo de Seguridad es una bofetada a la política israelí. Es una condena internacional absoluta, unánime, de los asentamientos y un voto de apoyo a la solución de dos estados”, arguyó Abbás.
Poco antes, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, había indicado que la resolución aprobada “es un mensaje claro” contra la “ocupación” y los asentamientos judíos.
La resolución, aprobada con 14 votos a favor, cero en contra y una abstención, exige el cese “inmediato” y “completo” de los asentamientos judíos Cisjordania (Judea y Samaria), incluyendo a Jerusalén oriental, e insiste en que la solución al conflicto de Oriente Medio pasa por la creación de un Estado palestino que conviva junto a Israel.
Esa vía, sin embargo, está en peligro por la expansión de los asentamientos, que está llevando a una “realidad de un Estado”, señala el texto, que considera los asentamientos “una flagrante violación de la ley internacional y un gran obstáculo para conseguir una solución de dos estados, así como una paz, justa, duradera y completa”.
Estados Unidos vetó en 2011 una resolución similar, pero en esta ocasión permitió que el texto saliese adelante con el apoyo, entre otros, de países como España, Francia, Reino Unido o Venezuela. EFE y Aurora