En la “canción” de Dayenu solemos decir cosas poco usuales, como que “Si D-os hubiera partido el mar para nosotros y no nos hubiera hecho cruzar sobre tierra seca, nos hubiera bastado.” ¿Cómo podría esto haber sido suficiente? ¡No estaríamos vivos! ¿Qué quiere decir el “nos hubiera bastado” del Dayenu?
El Malbim nos explica que la recitación del Dayenu cumple un propósito sumamente importante. Cuando llegamos a él hemos acabado de analizar todos los versos que hablan sobre nuestra vida en Egipto; y al recitarlo cumplimos con nuestra obligación de relatar lo que sucedió cuando dejamos Egipto. En este punto, el siguiente acto apropiado es agradecer a D-os por habernos salvado. La forma en que la nación de Israel suele hacerlo es recitando el Halel (alabanzas a D-os).
Antes de que empecemos el Halel, queremos asegurarnos de que realmente apreciamos todo lo que D-os ha hecho por nosotros. Después de todo, D-os no está interesado en expresiones de agradecimiento vacías y vanas. Dayenu nos obliga a recordar todo lo que D-os hizo por nosotros. La verdad es que debemos agradecer a D-os por cada uno de estos eventos individualmente, incluso si el siguiente paso no hubiera ocurrido. En efecto, si D-os “simplemente” hubiera partido el mar por nosotros y no nos hubiera llevado a tierra seca, D-os merecería nuestro agradecimiento. ¿Hubiera sido suficiente para el desarrollo de nuestro pueblo como nación? Quizás no. Sin embargo, eso no es lo que el “hubiera bastado” del Dayenu significa. Dayenu significa que este acto solo hubiera bastado para obligarnos a agradecer a D-os.
Cuando decimos Dayenu agradecemos a D-os por 15 actos distintos de bondad que hizo por nosotros. Cada uno es garantía de nuestra enorme responsabilidad de agradecimiento y alabanza que tenemos con Él. Cuánto más debemos agradecer a D-os si se presentan frente a nosotros los 15 actos de bondad uno seguido del otro. Después de leer el Dayenu, debemos de estar lo suficientemente inspirados para que cuando lleguemos a las alabanzas de D-os en el seder, las digamos con sinceridad y un corazón feliz, lleno y sincero.
Fuentes: torah.org