El Barcelona terminó desquiciado ayer con el arbitraje del colegiado español David Fernández Borbalán. Los dirigidos por Luis Enrique pedían posibles penaltis, especialmente en una falta recibida por Neymar.
A parte, Borbalán no vio la clara agresión de Aduriz sobre el central Umtiti, quien recibió un golpe a la altura del cuello.
El partido dejó una imagen poco habitual de Leo Messi, calentado ante el mal arbitraje y cabreado con el juez del encuentro y tuvo que ser retirado por el delegado del Barça.