Algo que me parece sorprendente del ser humano y sus culturas es que tenemos formas muy estandarizadas de relacionarnos que se vuelven personales y únicas. Todos hemos amado, todos nos hemos sentido rechazados y todos hemos fracasado. La desesperación, la tristeza, la ilusión y el amor son tan naturales en el hombre como lo es la biología en los animales. Tenemos las mismas emociones. Sin embargo, nadie las siente de la misma forma que el otro. Nadie siente la tristeza que yo siento cuando pierdo un amigo; nadie siente el enamoramiento que yo siento cuando veo a la persona que amo y nadie se alegra como yo me alegro cuando encuentro a mi familia nuevamente. Somos tan típicos y tan únicos al mismo tiempo. Eso se refleja en nuestras culturas. Todas las sociedades han encontrado ritos o instituciones para preservar aquello que consideran sagrado. Curiosamente el matrimonio siempre ha sido uno de ellos.
Desde épocas muy antiguas el hombre entendió que debía ritualizar las uniones amorosas para protegerlas y preservarlas. Desde los persas, los romanos y babilonios, todos hacían contratos matrimoniales y ritos de sacralización. El judaísmo no es la excepción, en nuestra cultura el matrimonio es uno de los eventos más importantes para la vida de la persona. Muchísimas leyes halajicas dan prioridad a la paz en el hogar y al amor marital que al resto de los deberes judíos, incluido el servicio a D-os.
Las velas de Shabat son más importantes que las velas de Janucá, porque las primeras representan la paz en el hogar; al servir la mesa siempre se le da mayor honor a la esposa que a cualquiera de los huéspedes y el marido en su primer año de matrimonio debe consultar con su esposa los viajes que realizara de noche, para buscar su aprobación. Entre muchos otros ejemplos que a diario nos recuerdan la importancia de esta institución. A continuación hablamos sobre los elementos especiales que conforman la boda judía y su significado.
LA JUPA
Lo primero resalta a la vista cuando uno entra a una boda judía es el dosel nupcial (en hebreo “jupa”) que se encuentra al frente del establecimiento y hacia el cual se dirigen todas las vistas. Éste consiste en una tela, sabana, cualquier manto, puede ser un tallit, sostenido en las esquinas por cuatro palos rectos que juntos forman una estructura. Debajo de ella ocurre toda la ceremonia de casamiento. Ahí el novio entrega el anillo a su futura esposa, ahí se hacen las bendiciones y ahí la novia rodea al novio. Es uno de los elementos más importantes dentro de la ceremonia. Representa la nueva casa que los novios están por formar y su vida dentro de la intimidad.
EL ANILLO
Junto con el contrato matrimonial éste es el objeto que concretiza y vuelve formal el matrimonio. En el momento en que el novio entrega el anillo y la novia lo recibe en ese momento se convierten en marido y mujer y su lazo no puede ser roto más que por medio de un rito de divorcio. En caso de que no exista la posibilidad de usar un anillo, la boda se puede efectuar con otro objeto de metal cuyo valor sea similar al del anillo, existe un valor mínimo determinado que cualquier rabino competente puede certificar.
Antes de entregar el objeto, debe haber presentes dos testigos que atestigüen que en efecto el matrimonio se realizó de la forma correcta y que el anillo tenía el valor mínimo necesario. La ceremonia funciona de esta forma, primero se pasa el anillo al rabino quien frente a los testigos declara que el objeto cumple con el valor mínimo y se vuelve a entregar al novio. El novio declara que dicho objeto le pertenece y dice la propuesta de matrimonio, en la cual asegura frente a la mujer que a través de ese objeto están casándose bajo la Ley de Moisés. La novia lo acepta y ya se consideran como una pareja en matrimonio.
LA KETUBA
La ketuba es el contrato matrimonial, en ella se delinean las responsabilidades a las que se compromete el novio con su futura esposa y la cantidad que se compromete a pagar si dicha unión fuera rota en un futuro. Debe ser escrita por un sofer (escribano) que recibe entrenamiento especial y firmada por el novio frente a testigos. Esto se hace antes de la ceremonia de matrimonio, puesto que el novio debe dársela a la novia antes de que cualquier ceremonia empiece. Si la novia no tiene en su posesión la ketuba la ceremonia de matrimonio se considera inválida y no se puede realizar.
LAS BENDICIONES
Al terminar la ceremonia se realizan siete bendiciones sobre una copa de vino. A través de estas bendiciones se le desea a la pareja éxito en numerosas áreas de su matrimonio, y se les recuerda la importancia de la vida marital. Es un gran honor para quienes las recitan, por eso es costumbre que cada bendición la recite una persona distinta, para poder darle honor a más personas en la boda. Las bendiciones deben ser recitadas en un minián (frente a un grupo de 10 hombres).