La preferencia electoral para el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, apenas rebasa por poco aquella tendiente hacia Benny Gantz, según una encuesta previo a las elecciones realizada por el Instituto de Democracia de Israel, informó el pasado viernes el sitio The Times of Israel.
El líder del partido Likud es favorecido por el 42.5 por ciento de los israelíes, mientras que el líder del partido Kajol Laván es preferido por el 40.5 por ciento de los israelíes.
Según la encuesta, la gran ventaja de Netanyahu reside en el atractivo que ejerce entre los jóvenes israelíes. Pero cuanto mayor era el grupo de edad encuestado, las preferencias se inclinaron más hacia Gantz.
Entre los israelíes de 65 años o más, Gantz venció a Netanyahu por un 53 por ciento sobre un 35 por ciento. Sin embargo, entre los 18 y los 24 años, Netanyahu superó a Gantz por un margen de casi 50 puntos con un 65 por ciento por sobre 17 por ciento.
En el grupo de 25 a 34 años de edad, Netanyahu ganó por un rango de 54 por ciento por sobre un 33 por ciento para Gnatz. Entre los jóvenes de 35 a 44 años, Netanyahu ganó en un margen de 64 por ciento sobre un 24 por ciento para Gantz, mientras que en el rango de edad de 45-54 y 55-64, Gantz se mantuvo al frente en 48 por ciento sobre 46 por ciento, y 47 por ciento por encima de 41 por ciento, respectivamente.
La encuesta, realizada por el Centro Guttman del Instituto de Democracia de Israel, encontró preocupaciones generalizadas entre los israelíes sobre la validez y la limpieza de la elección.
Un poco más de la mitad del público, el 51.5 por ciento, no confía en las encuestas electorales, un hallazgo que quizás explique por qué muchos votantes, especialmente para los partidos más pequeños identificados estrechamente con una ideología o comunidad en particular, dicen que planean votar por su partido independientemente de si su partido logra o no alcanzar el umbral mínimo del 3.25 por ciento de la votación para lograr entrar a la Knéset.
En total, el 61% de los judíos y el 52% de los árabes dijeron que votarían por su partido preferido, independientemente de los números de las encuestas.
Ese compromiso fue especialmente alto entre los votantes del partido de derecha de habla rusa Yisrael Beitenu, con un 83 por ciento, y los votantes de la alianza musulmana y palestina-nacionalista de Ra’am-Balad, que llegó al 80 por ciento. También fue alta entre los votantes de Meretz, con un 69 por ciento.
En un hallazgo preocupante, un 27.5 por ciento de los israelíes dijeron que no confían en la “integridad” de las elecciones del Knéset. La cifra es mucho más alta entre los árabes (39 por ciento) que los judíos (25 por ciento). Solo unos dos tercios de los israelíes, o el 65.5 por ciento, dicen que los resultados “reflejarán con precisión el voto del público”.
Entre la cuarta parte que no confía en que la elección sea precisa, el 54 por ciento dijo temer que las votaciones falsas o falsificadas se empleen el día de las elecciones, el 52 por ciento estaba preocupado por la interferencia extranjera y el 44 por ciento y el 30 por ciento dijo temer que los comités locales de votación o el el Comité Central de Elecciones de Israel, respectivamente, sesgaría el recuento final a favor de los propios sesgos de sus miembros.
La encuesta encontró que los árabes son mucho menos propensos que los judíos a seguir de cerca o participar en las noticias políticas antes de las elecciones. Una pluralidad de judíos, el 33 por ciento, dijo que consumen noticias políticas sobre las elecciones varias veces al día, en comparación con solo el 10 por ciento entre los árabes.
El mayor número de árabes, el 37 por ciento, dijo que sólo leía noticias sobre las elecciones una vez a la semana, en comparación con solo el 7% de los judíos. Entre ambos grupos, una proporción idéntica, el 8%, dice que no leen los informes de los medios de comunicación sobre las elecciones.
La encuesta también preguntó sobre algunos temas en la agenda pública.
Descubrió que dos tercios de los judíos israelíes, o el 66.5 por ciento, dijeron que Israel era “demasiado indulgente” para enfrentar la violencia en la frontera de Gaza, que ha sido un fenómeno recurrente durante el año pasado. En tanto que sólo el 8 por ciento de los árabes israelíes consideró que Israel era demasiado indulgente.
La brecha se invirtió entre los que respondieron que la respuesta de Israel fue “demasiado severa”. La mitad, el 48 por ciento de los árabes-israelíes dijo que Israel estaba respondiendo de manera demasiado agresiva, pero solo el 4 por ciento de los israelíes judíos estaba de acuerdo. El 19 por ciento de los judíos y el 14 por ciento de los árabes-israelíes, dijo que la respuesta de Israel fue apropiada.
En torno a las acusaciones de presunta corrupción contra Netanyahu, la mayoría del público, el 52 por ciento, no cree en las afirmaciones de Netanyahu de que “no recibió un shekel” en un acuerdo multimillonario de submarinos entre Alemania y Egipto que aprobó. Sólo el 38 por ciento (45 por ciento de los judíos y el 9 por ciento de los árabes-israelíes) creen en Netanyahu.
El 92 por ciento de los encuestados de izquierda dijo que no le cree a Netanyahu. En los encuestados de centro, el 91 por ciento dijo lo mismo. A la derecha, la cifra cae al 27 por ciento.
Fuente: The Times of Israel