Israel y Arabia Saudita presentaron un frente unido en la Conferencia de Seguridad de Múnich, al pronunciar casi idénticas advertencias contra la agresión iraní. Ambos países exigieron a la comunidad internacional que sancione a Teherán por sus múltiples actividades subversivas, que socavan la estabilidad de la región.
El ministro de Defensa, Avigdor Liberman, y el ministro de Exteriores saudita Adel al Jubeir, cerraron filas a pesar de que sus respectivos países no tienen relaciones diplomáticas oficiales, al rechazar las declaraciones del ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, quien instó a los países sunitas del Golfo Pérsico a ayudar a reducir la violencia en la zona.
Israel y Arabia Saudita acusaron a Irán de involucrarse en la guerra civil siria a favor del presidente Bashar al Assad, desarrollar de misiles balísticos, financiar a los rebeldes Houthíes en Yemen y tratar de socavar a varios regímenes de la región. Turquía también se sumó a los sauditas en la crítica a Irán.
Al Jubeir enfatizó que Teherán es el principal patrocinador del terrorismo mundial y una fuerza desestabilizadora en el Oriente Medio.
El ministro saudita eludió una pregunta sobre el llamado de Israel hacia una acción concertada con los países árabes sunitas en el contexto de la creciente especulación de que ambos países podrían, como ha hecho Turquía, normalizar las relaciones y sumar fuerzas para oponerse a Teherán.
Los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, y principalmente Arabia Saudita, acusan a Irán de usar el sectarismo religioso para intervenir en los países árabes y construir allí su propia esfera de influencia en el Oriente Medio. Irán niega las acusaciones.
“Irán sigue siendo el único patrocinador principal del terrorismo en el mundo”, manifestó Adel al Jubeir en la conferencia. “Está decidido a subvertir el orden en el Medio Oriente… (y) hasta que Irán no cambie su comportamiento, será muy difícil lidiar con un país como ese”.
La comunidad internacional necesitaba establecer “líneas rojas” claras para detener las acciones de Irán, añadió al reclamar restricciones bancarias, de viajes y comerciales con el objeto de cambiar el comportamiento de Teherán.
Lieberman expresó que el objetivo último de Irán es socavar a Arabia Saudita, y pidió un diálogo con los países árabes sunitas para derrotar a los elementos “extremistas” en la región.
“La verdadera división no son los judíos y los musulmanes… sino los moderados versus los extremistas”, apuntó Lieberman en la conferencia.
El ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, también criticó la “política sectaria” iraní dirigida a socavar a Bahréin y Arabia Saudita.
“Turquía está muy en contra de cualquier tipo de división, religiosa o sectaria”, subrayó. “Es bueno que estemos ahora normalizando nuestras relaciones con Israel”.
En la misma conferencia, Zarif instó al diálogo para tratar las “ansiedades” en la región. Estas declaraciones se producen tras la reciente visita del presidente iraní, Hassan Rouhani, a Omán y Kuwait, para intentar mejorar los vínculos, en su primera visita a los países del Golfo desde que asumió en 2013.
Cuando se le preguntó si el diálogo regional previsto por Irán podría incluir a Israel; Zarif argumentó que Teherán estaba buscando un enfoque más “modesto”. “Me estoy concentrando en el Golfo Pérsico, tenemos suficientes problemas en esta región, así que queremos iniciar un diálogo con los países a los que llamamos hermanos en el Islam”, puntualizó.
Zarif descartó las sugerencias de que su país buscará alguna vez desarrollar armas nucleares. Cuando se le preguntó sobre la retórica de la nueva administración estadounidense sobre el papel de Irán en la región y los llamados a revisar el acuerdo nuclear, replicó que Teherán no responde bien a las amenazas o sanciones.
El senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, manifestó que él y otros miembros del Senado norteamericano están preparando una legislación para sancionar aún más a Irán por violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU con su programa de desarrollo de misiles y otras acciones.
“Es hora de que el Congreso se haga cargo directamente de Irán por lo que han estado haciendo fuera del programa nuclear”, destacó.
El senador demócrata, Christopher Murphy, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, manifestó que Washington debe decidir si asumirá un papel más amplio en el conflicto regional.
fuente: Aurora