El embajador de Israel en las Naciones Unidas, Danny Danon, se expresó horrorizado por la victoria diplomática del régimen de Venezuela y de Libia que consiguieron un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“El Consejo de Derechos Humanos continúa abandonando los derechos y humanos y ahora se dedica a proteger a los dictadores y criminales de guerra”, subrayó Danon.
“En Venezuela, un dictador hambrea a su pueblo y en el territorio de Libia operan campos donde se torturan a los inmigrantes africanos”, destacó el enviado israelí.
“Estos países serán una adicional moral para el Consejo que ya ni esconde su hostilidad obsesiva hacia Israel y otorga legitimidad a quienes actúan contra sus objetivos originales”, añadió Danon.
Pese a una fuerte campaña en contra, Venezuela logró un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, una victoria diplomática para Caracas y una elección que para observadores como Human Rights Watch (HRW) traiciona los principios del órgano con sede en Ginebra.
La candidatura venezolana se impuso en las elecciones celebradas en la Asamblea General de Naciones Unidas a la de Costa Rica, lanzada a última hora con el objetivo explícito de tratar de impedir que el Gobierno de Nicolás Maduro se hiciese con un escaño.
Fue una votación apretada, en la que Venezuela obtuvo el apoyo de 105 de los 193 países de la ONU y Costa Rica el de 96.
Cuando el presidente de la Asamblea General anunció el resultado, parte del hemiciclo estalló en una ovación, algo que no se dio al conocerse el resto de elegidos durante la jornada.
En unos comicios a los que muchos candidatos llegaban sin oposición dentro de sus grupos regionales, la carrera latinoamericana era la más esperada, sobre todo después de que Estados Unidos y varios países de la región llamaran públicamente a votar contra Venezuela.
Brasil, que buscaba la reelección, se hizo con la otra plaza reservada al grupo de Latinoamérica y el Caribe al conseguir 153 votos a favor.
El embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, celebró inmediatamente la victoria a través de Twitter, asegurando que se trata de un día «histórico» para el país.
Gobiernos como los de Brasil o Chile habían llamado públicamente a frenar la candidatura venezolana, que también tuvo ante sí una fuerte campaña en contra por parte de Estados Unidos.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, calificó la elección del «antiguo régimen de Maduro» -EE.UU. reconoce como presidente al opositor Juan Guaidó- como una «vergüenza para Naciones Unidas y una tragedia para los venezolanos».
EE.UU., que bajo el Gobierno de Donald Trump decidió retirarse del Consejo de DD.HH. por sus críticas a Israel y la presencia de países como China o Cuba, consideró que la entrada de Venezuela es una muestra más de que este órgano «está quebrado».
«Que a uno de los peores violadores de los derechos humanos del mundo se le dé un asiento en un órgano que se supone que defiende los derechos humanos es completamente espantoso», dijo Craft en un comunicado.
Las críticas a la candidatura venezolana no han llegado únicamente desde Gobiernos críticos con el chavismo, sino también desde organizaciones no gubernamentales que se especializan en los derechos humanos y que lamentaron el resultado.
«¿Qué dice sobre el mundo en el que vivimos que una mayoría de países hoy en la ONU hayan votado para el Consejo de Derechos Humanos en favor del abusivo gobierno de Venezuela cuando tenían otra opción?», se preguntó el responsable de HRW Philippe Bolopion.
Para Bolopion, la elección de Venezuela supone un «insulto a las víctimas de abusos en todo el mundo» y una traición de los «ideales del Consejo de Derechos Humanos».
Además de HRW, otras organizaciones como el Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR, en inglés) se oponían a la candidatura venezolana, que consideraban la peor de todas, aún reconociendo que muchos otros aspirantes también tenían historiales problemáticos, empezando por Brasil.
Además de los dos países latinoamericanos, la Asamblea General eligió como miembros del Consejo de DD.HH. a Libia, Mauritania, Sudán, Namibia, Indonesia, Japón, Islas Marshall, Corea del Sur, Armenia, Polonia, Alemania y Países Bajos.
El Consejo de Derechos Humanos se creó en 2006 para sustituir a la Comisión de Derechos Humanos, suprimida tras 60 años de trabajos por la crisis de legitimidad en la que había caído por decisiones vistas como parciales, politizadas y desequilibradas.
El órgano está formado por 47 países que cumplen mandatos de tres años y cuyos asientos se reparten en grupos regionales.
El pasado agosto, Venezuela se convirtió en el primer país latinoamericano en ser investigado por el propio Consejo de Derechos Humanos, que aprobó la creación de una comisión para estudiar los presuntos abusos del Gobierno.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, detalló en un informe presentado este año muchas de esas acusaciones y documentó al menos 6.000 muertes en operaciones de seguridad desde 2018.
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, afirmó que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se ha convertido en «un ejercicio de hipocresía descarada», después de que Venezuela lograse un asiento en este órgano.
«El Consejo de Derechos Humanos debería ser protector y defensor de los derechos humanos de las personas en todo mundo. Debería hablar claro de los abusos diarios del antiguo régimen de (Nicolás Maduro) y de otros como él», dijo Pompeo en un comunicado.
«En su lugar -agregó-, el Consejo se ha convertido en un ejercicio de hipocresía descarada, con algunos de los criminales más importantes sentándose en el Consejo».
En ese sentido, Pompeo denunció que ese órgano incluye a «Gobiernos autoritarios con un historial inequívoco y horrible de derechos humanos como China, Cuba y Venezuela».
Por ese motivo, recordó, EE.UU. se retiró de él en 2018.
Pompeo subrayó que en julio pasado el informe del Alto Comisionado de la ONU sobre Derechos Humanos publicó un informe que documentaba abusos «atroces» por parte del «régimen de Maduro» en Venezuela.
«Lamentablemente no es ninguna sorpresa que Maduro buscara de forma desvergonzada un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en un esfuerzo por bloquear cualquier límite a su control represivo del pueblo venezolano», se quejó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Sin embargo, siguió, «lo que es de verdad trágico es que otras naciones votaran para dar al representante de Maduro para Venezuela un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU».
Pompeo consideró que este es «un fuerte golpe no solo a las víctimas del régimen venezolano, sino también contra la causa a favor de los derechos humanos en el mundo».
Pese a sus críticas al órgano de la ONU, el secretario de Estado aseguró que EE.UU. apoya fuertemente las organizaciones multilaterales que «trabajan de forma sincera y efectiva para proteger los derechos humanos».
«La elección al Consejo de Derechos Humanos del representante de Maduro es una farsa que socava aún más la frágil credibilidad del consejo», advirtió. Aurora y EFE