Por 74 votos a favor y 18 en contra, el líder del ahor tambaleante partido Kajol Lavan, Benny Gantz, fue elegido como nuevo presidente de la Knéset.
Tras una frenética sesión en el recinto legislativo dirigida por Amir Peretz, Gantz fue elegido como el sucesor de Yuli Edelstein del Likud, quien renunció al cargo este miércoles tras una disputa política de días sobre su puesto que ostentó por siete años.
El bloque de partidos de derecha votó en su totalidad a favor de Gantz, mientras que 28 legisladores se abstuvieron de votar al no presentarse al recinto legislativo. El candidato sonado al menos hasta hace horas para la presidencia de la Knéset era Meir Cohen, integrante de Yesh Atid, uno de los partidos que conforman Kajol Lavan, que boicoteó la votación.
“La democracia israelí ganó, la democracia israelí no está para negociaciones. La justicia democrática gana, y la vigésimo tercera legislatura de la Knéset de Israel emprende de nuevo la marcha”, manifestó Gantz en el estrado de la Knéset luego de ser elegido.
Gantz dejó en claro que, dada la situación existente en Israel, tiene la intención de avanzar el establecimiento de un gobierno nacional de emergencia, sin comprometer, aseguró, los miles de votos a Kajol Lavan obtenidos en las últimas elecciones.
La elección de Gantz llegó en medio de una retahíla de reportes y rumores a lo largo de esta jornada sobre el presunto inminente gobierno de unidad que Gantz y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu estarían a punto de forjar, uno de cuyos signos sería su nuevo cargo en la Knéset el cual aparentemente sería solo temporal de cara a su presunta integración en el nuevo gobierno.
En medio de este remolino, Yesh Atid y Telem, dirigidos por Yair Lapid y Moshe Ya’alon, respectivamente, solicitaron formalmente su separación de Hosen LeYisrael el partido original de Gantz, en la conformación de Kajol Lavan.
La Corte Suprema de Israel ordenó la votación de un nuevo presidente de la Knéset para este jueves, delegando temporalmente el cargo de presidente interino en Peretz, luego de la crisis ocurrida con Edelstein.
En lo que el órgano judicial llamó un desafío sin precedentes de su autoridad por parte de un funcionario público, Edelstein había desobedecido la orden de realizar elecciones para el puesto, una votación que se tenía previsto que perdiera. Por el contrario, Edelstein prefirió renunciar.