Innovador dispositivo salva las vidas de niños asfixiados con solo apretar un botón

En pleno siglo 21 una de las causas de muerte accidental en niños sigue siendo la asfixia mecánica por obstrucción de la tráquea causada por objetos introducidos en la boca.

Al obstruirse la principal vía de entrada de aire a los pulmones cada esfuerzo que el niño haga para respirar puede agravar la situación, ya que el objeto que obstruye su tráquea puede moverse y penetrar más profundamente. La asfixia por obstrucción también puede presentarse en adultos cuando, por ejemplo, se ingiere un trozo muy grande de comida y accidentalmente toma el camino de las vías respiratorias.

Los resultados no pueden ser más devastadores. Luego de tres minutos sin recibir oxígeno las células cerebrales comienzan a morir y se producen daños progresivos irreversibles, y a partir de los cinco minutos puede ocurrir la muerte.

En algunos países desarrollados el tiempo promedio de respuesta de los servicios de emergencia es de unos siete minutos, mientras que en el resto del mundo puede ser de horas, si es que la ayuda se hace presente.

Un nuevo dispositivo ha entrado en escena para evitar que los niños mueran asfixiados en brazos de los adultos que intentan ayudarles. Se trata de Lifewand, un ingenioso extractor neumático que se puede emplear con rapidez y facilidad.

Limor Kuznits (ingeniera biomédica y madre), Judith Horwitz (pediatra asesora) Nimo Rotem (ingeniero) y Yaron Leifenberg (empresario e inversionista) son un equipo de israelíes que unieron esfuerzos para producir este novedoso dispositivo que combina lo mejor del ingenio disponible con los materiales del siglo XXI.

Lifewand se aplica sobre la nariz y boca del accidentado, tal como una mascarilla de oxígeno, y al oprimir un botón se crea instantáneamente un vacío suficientemente fuerte como para extraer cualquier objeto extraño que haya ingresado accidentalmente a las vías respiratorias.

Tradicionalmente una persona que acudiera al auxilio aplicaría la conocida y complicada «maniobra de Heimlich» (se oprime el abdomen de la víctima para empujar el diafragma hacia arriba y crear presión desde adentro de los pulmones hasta expulsar el cuerpo extraño).

Esta maniobra requiere de cierta habilidad, fuerza y entrenamiento para ser aplicada en un adulto, y su uso en los niños es aún más complicada. En ciertos casos extremos, si la persona que acude al auxilio carece del entrenamiento necesario, erróneamente aplicará respiración boca a boca, lo que haría que el cuerpo extraño viaje más profundamente hacia los pulmones.

Lifewand es un artefacto mecánico que no requiere ningún tipo de energía eléctrica y se usa con una sola mano y no requiere ni fuerza, ni entrenamiento. Para aplicarlo hay que posicionarlo en la cara del accidentado y oprimirlo contra la piel y al accionar el mecanismo se produce el vacío necesario para extraer el objeto.

Actualmente Lifewand se adquiere gracias a una campaña de pre-venta. Viene en tres tamaños diseñados para auxiliar a niños de 1 a 6 años; de 6 a 13 años y a mayores de 14 años y adultos. El dispositivo se vende junto con un soporte de liberación rápida que lo hace disponible en segundos.

Tal como comenta una de sus promotoras, Lifewand pasa a convertirse en el «extintor de incendios» de los accidentes por asfixia mecánica en el hogar, trabajo o restaurantes.

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