Tras cinco días consecutivos de incendios, los bomberos israelíes y extranjeros lograron finalmente poner el fuego bajo control. Un total de 180 personas resultaron heridas, según el informe del servicio de emergencias Magen David Adom.
Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, sufrió el golpe más duro, con 527 apartamentos que han quedado inhabitables, en tanto que las llamas devoraron vastas áreas de la urbe portuaria.
Las fuerzas de seguridad arrestaron a varios individuos sospechosos de haber provocado intencionalmente los incendios, en un acto aparente de terrorismo, y a otros que fueron atrapados incitando en las redes sociales llamando a sus lectores a perpetrar ataques incendiarios.
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, advirtió a la población que podría estar en presencia de un nuevo fenómeno de terrorismo.
Tres personas sufrieron heridas moderadas como resultado de los incendios: una anciana de Haifa y dos jóvenes de Maalé Adumim, otros 129 sufrieron heridas leves. Se estima que otras 50 personas llegaron por sus propios medios a los hospitales con lesiones leves.
Durante el fin de semana, 186 nuevos focos de incendios aparecieron en todo el país, señalando una caída del promedio de 200 a 250 diarios.
Las dotaciones de bomberos combatieron las llamas a contra reloj, durante las veinticuatro horas del día. Fueron desplegados aproximadamente 2.000 bomberos junto con 450 soldados de la unidad de Búsqueda y Rescate del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) y 69 bomberos chipriotas. Una decena de países contribuyó con el esfuerzo de catorce aviones extinguidores de fuego israelíes, que llevaron a cabo un total de 480 misiones en el aire.
fuente:aurora