¿Qué tiene que ver el desierto del Sahara con los huracanes del Atlántico?
A simple vista, no hay conexión entre uno de los lugares más secos del mundo con las tormentas que provocan inundaciones y estragos en el Caribe y Estados Unidos.
Sin embargo, los vientos que arrastran toneladas de arena desde África hasta América tienen una influencia decisiva en el desarrollo de los ciclones, según explica a Jason Dunion, experto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés).
De hecho, de acuerdo con el científico, el polvo del Sahara que se esparce actualmente por el Atlántico fue una de las causas primordiales por las que el huracán Dorian, que se desplaza por el Caribe en dirección a la península de Florida en EE.UU., no comenzó a ganar intensidad hasta este miércoles.
Según los meteorólogos, dadas las cálidas temperaturas actuales en las aguas del Caribe, Dorian se podría haber convertido en una «monstruosa tormenta» antes de cruzar cerca de Puerto Rico.
Sin embargo, lejos de intensificarse, se mantuvo débil y desorganizada por días.
¿Por qué?
Varias condiciones deben unirse para propiciar un mayor desarrollo de los sistemas tropicales, entre ellas, la temperatura del agua y la humedad de la atmósfera.
Pero la densa capa de polvo del Sahara que desde hace días cubre el centro este del Atlántico y el sur del mar Caribe ha incidido en el último de estos elementos: disminuyó la humedad atmosférica.
«El aire seco de nivel medio de esta capa de aire sahariana ha contribuido a limitar la intensidad de Dorian», explica Dunion.
Sin embargo, a medida que el polvo del Sahara disminuye hacia el norte del Atlántico, los modelos de pronóstico indican que Dorian podría intensificarse antes de llegar a EE.UU.
Tras el cambio inesperado en su trayectoria que finalmente evitará que toque tierra en Puerto Rico y República Dominicana, los meteorólogos ahora temen que pueda llegar como un huracán categoría 3 a Florida la próxima semana.
De hecho, a las 18:00 GMT de este miércoles, Dorian ya se había intensificado: tenía vientos máximos sostenidos de 120 km/h y una presión central de 997 hectopascales.
Era ya un ciclón de categoría 1 en la escala de Saffir-Simpson (de un máximo de 5)
Su nueva fuerza, según Dunion, se debió en gran medida a que comenzó a salir de la cuña de aire caliente que genera el polvo del Sahara.
«A medida que Dorian se mueva más hacia el noroeste, saldrá de la capa de polvo sahariano hacia un ambiente tropical más húmedo. Se moverá a un entorno con vientos más favorables y aguas oceánicas más cálidas, lo que sugiere que probablemente se intensificará en los próximos días», señala.
¿Cómo llega al Caribe el polvo del Sahara?
El desierto del Sahara es uno de los lugares más secos del mundo.
Cubre el 25% del continente africano, lo que implica que tiene casi el mismo tamaño que China.
Durante el día, la arena absorbe calor que irradia después en grandes cantidades a la atmósfera.
Ese aire caliente y seco resultante es conducido a través del Atlántico hacia el oeste, en dirección a América, por los vientos alisios del este, muchas veces con una nube de partículas de polvo.
Es conocido como la Capa de Aire Sahariana (SAL, por sus siglas en inglés), y, según Dunion, pueden cubrir «un área del tamaño de EE.UU. continental y llegar hasta Centroamérica, Florida y Texas».
«Los brotes de SAL generalmente tienen un espesor de 3 km y se elevan aproximadamente a 1,5 km sobre el océano», explica.
¿Cómo pueden debilitar a los huracanes?
De acuerdo con Dunion, el polvo del Sahara puede influir de tres formas a la hora de debilitar los huracanes:
- Aire seco: el aire seco y polvoriento de la SAL tiene aproximadamente un 50% menos de humedad que la típica atmósfera tropical. «Este aire extremadamente seco puede debilitar un ciclón tropical o una perturbación tropical al sofocar la formación de nubes alrededor de la tormenta», explica el experto.
- Vientos fuertes: el aire caliente de la capa de aire sahariana genera vientos muy fuertes: de unos 10-25 metros por segundo. Esto, según Dunion, puede hacer que el vórtice del ciclón tropical «se incline» y, así, «el motor térmico interno» de la tormenta se interrumpa y no pueda aumentar su intensidad.
- Polvo: «el polvo de la SAL absorbe la luz solar y ayuda a calentar la capa. Este calentamiento estabiliza la atmósfera, que actúa para suprimir la formación de nubes», señala.
¿Qué puede pasar ahora?
De acuerdo con el especialista de la NOAA, la temporada de polvo del Sahara generalmente alcanza su punto máximo desde mediados de junio hasta mediados de agosto, cuando las masas mayores alcanzan más al oeste a través del Atlántico.
No es coincidencia entonces que sea a partir de septiembre cuando comienza el momento álgido de la temporada de huracanes.
«Después de mediados de agosto, la SAL se vuelve menor y llega menos lejos, lo que contribuye a que el Atlántico tropical se vuelva más favorable para la actividad de los ciclones tropicales», señala Dunion.
Según el especialista, el hecho de que Dorian haya comenzado a ganar en intensidad es también una señal de que la temporada alta de los vientos del Sahara ha quedado atrás.
«Ahora nos estamos moviendo hacia esa parte más favorable de la temporada de huracanes», dice.
fuente:bbcmundo