Juan Gabriel, David Bowie, Umberto Eco, Prince, Leonard Cohen, Mohamed Alí… para sus admiradores, 2016 ha sido muy triste.
¿Pero de verdad ha muerto más gente conocida que otros años?
El pasado mes de abril, el editor de obituarios de Nick Serpell se propuso comprobar si la cifra de celebridades y otras personas notables que habían muerto a inicios del año era tan inusual como parecía.
Para ello, Serpell comparó el número de obituarios preparados con anterioridad que se habían transmitido o publicado por la BBC entre los meses de y marzo en los años 2012 a 2016.
Y descubrió que sí, en 2016 hubo un gran aumento.
En comparación con 2015, había publicado obituarios del doble personas célebres en los primeros meses de este año. Con respecto a 2012, la cifra se multiplicó por cinco.
Ha de tenerse en cuenta que esta manera de medir las muertes de personas internacionalmente conocidas puede considerarse un poco fría y distante.
También es necesario apuntar que no publica un obituario por cada celebridad que muere y Serpell solo comparó el número de obituarios que habían sido preparados con anterioridad.
¿Y el resto del año?
No obstante, siguiendo esa misma lógica, cabe preguntarse (ahora que el año está a punto de terminar): ¿fue el resto del año tan fatal para los famosos?
Serpell asegura que no.
Basado en su particular sistema de medición, aclara que «los últimos seis meses de 2016 han sido ampliamente similares a la segunda mitad de los años anteriores».
«O sea, no vimos que se mantuviera ese aumento desproporcionado durante los doce meses».
En comparación con 2015, publicó un 30% más de obituarios a lo largo de este año. La mitad de esas muertes ocurrió en los primeros cuatro meses del año, subraya Serpell.
«Después, el resto de 2016 volvió a presentar una cifra que consideramos normal para los estándares de los últimos cuatro o cinco años».
En conclusión, 2016 vio morir al mayor número de personas célebres en los últimos tiempos pero el acentuado aumento de principios de año fue lo que lo hizo tan inusual.
En el caso de aclara Serpell, tal aumento no está relacionado con ningún cambio en la línea editorial de la organización respecto de las personalidades sobre las cuales se redacta un obituario.
Para él, este incremento no es particularmente sorprendente.
En estos momentos estamos a medio siglo del momento en que florecieron la televisión y la cultura pop. Tanto una como la otra ampliaron marcadamente, en la década de los sesenta, el conjunto de figuras públicas de renombre internacional.
Al parecer, a partir de ahora, habrá que empezar a acostumbrarse a leer obituarios de personas célebres.
No solo el público anglosajón se sintió consternado por las muertes de figuras públicas.
Los lectores latinoamericanos encontraron un número similarmente elevado de obituarios durante 2016. Aquí hemos compilado algunos:
Músicos, cineastas, actores y otros creadores:
David Bowie, Benoit Violier, Keith Emerson, Zaha Hadid, Prince, Madeleine Lebeau, Nick Menza, Rubén Aguirre, Alejandro «Jano» Fuentes, Anton Yelchin, Bud Spencer, Abbas Kiarostami, Michael Cimino, Héctor Babenco, Qandeel Baloch, Garry Marshall, Kenny Baker, Gene Wilder, Juan Gabriel, Alexis Arquette, Domingos Montagner, Charmian Carr, Curtis Hanson, Andrzej Wajda, Gonzalo Vega, Reinaldo Miravalles, Leonard Cohen, Robert Vaughn, Michael «Jim» Delligatti.
Escritores, pensadores, científicos y periodistas:
Umberto Eco, Ray Tomlinson, Imre Kertész, Miguel de la Quadra-Salcedo, Ivo Pitanguy, Sydney Schanberg, Dario Fo, John Glenn.
Deportistas:
Kevin Randleman, Johan Cruyff, Cesare Maldini, Mohamed Alí, Kimbo Slice, Joao Havelange, Bahman Golbarnezhad, Arnold Palmer, José Fernández, Carlos Alberto.
Líderes sociales, políticos y religiosos:
Nancy Reagan, Patricio Aylwin, Margot Honecker, Antonio Imbert Barrera, Elie Wiesel, Gabriele Amorth, Shimon Peres, Bhumibol Adulyadej, Jorge Batlle, Janet Reno y Fidel Castro.
fuente.bbcmundo