El Cuerpo de Bomberos Voluntarios llegó a la escena para apagar el incendio ante la presencia de un contingente de la Policía Nacional Civil y de unos 7,000 manifestantes.
Un grupo de manifestantes encapuchados quemó este sábado un autobús en la esquina del Palacio Nacional de la Cultura (oficina de Gobierno) de Guatemala, en medio de la protesta ciudadana pacífica que se desarrollaba en contra del Gobierno y Congreso.
Un grupo de encapuchados quemó una unidad de Transurbano, un sistema de autobús rápido, luego de tres horas de protesta sin incidentes y en condiciones tranquilas, convocada por el descontento popular por la aprobación de un presupuesto en la opacidad, de madrugada hace dos semanas y que esta semana fue archivado por el propio Congreso en una conflictiva sesión.
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios llegó a la escena para apagar el incendio ante la presencia de un contingente de la Policía Nacional Civil y de unos 7.000 manifestantes que protestaban de forma pacífica. Los bomberos descartaron que hayan terminado personas heridas tras el incendio.
El viernes, la Cancillería de Guatemala confirmó el arribo al país de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitada por el Gobierno del presidente Alejandro Giammattei para recabar información sobre la crisis política en la que está inmersa.
El representante de la OEA, nombrado por el secretario general de la entidad internacional, Luis Almagro, es el argentino Fulvio Pompeo, exdiputado de su país, quien comanda la delegación.
Según la directora de comunicación social de la Cancillería, Patricia Letona, Pompeo llegó a país a las 13.11 hora local (19.11 GMT) y fue recibido por personal de protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala.
El Gobierno guatemalteco señaló en una nota de prensa el día antes de la llegada del enviado de Almagro que la misión extranjera “tendrá el propósito de recibir información de las instituciones del Estado y demás instancias del país”.
El vicepresidente de Guatemala, Guillermo Castillo, declinó el jueves de reunirse con la misión de la OEA.
“El enviado especial me solicitó audiencia. Declino mi participación. Le recomiendo reunirse con distintos sectores de la sociedad guatemalteca que seguro tendrán mucho que comentarle”. aseguró Castillo mediante sus redes sociales.
Diferencia entre los gobernantes
La situación para Giammattei se había agravado el viernes después de que su vicepresidente instara al mandatario en rueda de prensa a que renuncien ambos para “oxigenar” Guatemala ya que “el país no se encuentra bien”, desatando así una crisis política aún mayor para el gobernante.
Giammattei y Castillo llegaron juntos al Gobierno en enero pasado de la mano de la agrupación política Vamos, con la que ganaron las elecciones de 2019. Sin embargo, en los diez meses al frente del país se han ido distanciando hasta la situación actual, donde según varias fuentes no hay mayor diálogo entre ellos.
El lunes, Castillo catalogó como “precipitada” la decisión de Giammattei de invocar la Carta Democrática Internacional y además dijo a periodistas que en la actualidad los golpes de Estado “se los dan los mismos gobernantes con sus reiterados actos de corrupción y con su intolerancia para poder platicar con la población”.
El vicepresidente reiteró este jueves en sus redes sociales que la decisión de Giammattei sobre la intervención internacional le parecía “precipitada”.
La Carta Democrática Interamericana es un instrumento jurídico aprobado en 2001 que busca preservar “la institucionalidad democrática” en el continente mediante la OEA.
En su artículo 20, la carta establece que el secretario general o cualquier Estado miembro de la OEA puede solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente de la entidad cuando en un país miembro “se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático”.
En tal caso, la OEA analiza si hay “alteración” del orden público y a partir de ese momento puede realizar distintas gestiones diplomáticas en busca del diálogo y la conservación de la democracia. De fracasar las gestiones, la entidad regional entonces puede decidir suspender a un miembro o tomar otras medidas.