Castro reunió una fortuna que lo llevó a estar entre los diez líderes mundiales más ricos del mundo, según la revista Forbes.
En 2012, y de acuerdo a la publicación norteamericana, la fortuna de Castro llegó a alcanzar los US$900 millones.
Con esa riqueza el ex dictador cubano logró superar a otros gobernantes como la reina Isabel de Inglaterra y la reina Beatriz de Holanda, entre otros.
Sin embargo, quedó detrás del rey de Arabia Saudita, Abdullah Bin Abdelaziz, quien se ubicó en el primer lugar con $21,000 millones de dólares, seguido por el Sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, con $20,000 millones; la del presidente de Emiratos Árabes Unidos, Jalifa bin Zayed Al Nahyan con $19,000 millones; el Emir de Dubai, Mohamad bin Rachid con $14,000 millones, la del príncipe de Liechtenstein, Hans-Adam, con $4,000 millones, y el príncipe de Mónaco, Alberto II con $1,000 millones de dólares.
Según Forbes, Castro recién había logrado aumentar significativamente su fortuna en los últimos años de vida. En 2003, se le calculaban unos 110 millones de dólares. Apenas dos años después, alcanzó los 550 millones.
El origen de ese dinero se estima que proviene de una “red de compañías estatales”, entre las que se incluye el Palacio de Convenciones, Climex, un sinnúmero de tiendas y Medicuba, que vende vacunas y otros productos farmacéuticos producidos en la isla.
Cuando Forbes publicó ese listado, el régimen castrista reaccionó contra la publicación a la que consideró como una infamia.