Después de pasar ocho años como presidente de Estados Unidos, Barack Obama se enfrenta al hecho cierto de que va a ser sustituido en la Casa Blanca por Donald Trump, alguien que durante la campaña electoral prometió deshacer prácticamente todas las políticas emblemáticas del actual mandatario, aquellas que marcarán su legado histórico.
Pasando de las palabras a los hechos, los anuncios de los futuros miembros del gabinete de Trump apuntan una y otra vez a la negación de las políticas de Obama: desde el programa de salud Obamacare hasta la lucha contra el cambio climático o la política exterior.
Pese a ello, Obama no parece amilanarse y ha seguido ejerciendo su poder presidencial dando impulso a políticas en las que sus posiciones y las de su sucesor son antagónicas.
Esta semana, el mandatario estadounidense hizo uso de una vieja ley existente desde hace más de seis décadas para limitar de forma indefinida la explotación de hidrocarburos en zonas del Ártico y del Atlántico norte.
También notificó al Congreso de que tiene previsto trasladar a 18 de los 59 prisioneros que aún quedan en la cárcel de Guantánamo, en Cuba, hacia otros países incluyendo Italia, Omán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
Ambas decisiones se relacionan con asuntos en los que Obama y Trump tienen posturas enfrentadas.
Si Obama apostó por la lucha contra el cambio climático e intentar limitar la emisión de gases de efecto invernadero, Trump prometió eliminar las barreras a la explotación de hidrocarburos en Estados Unidos.
Si Obama quiso, y no pudo, cerrar la prisión de Guantánamo, Trump ha dicho que llenará esa cárcel de «tipos malos».
Que el mandatario saliente insista en esos temas no es casual.
Según informó la cadena CNN citando a funcionarios del gobierno, Obama instruyó a su equipo a detectar la mayor cantidad de áreas posibles en los temas principales de su agenda de gobierno puedan ser protegidos de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Legado
«Es frecuente que un presidente haga cosas para evitar que su sucesor ejecute lo contrario, aunque ellos saben que cualquier medida que puedan aprobar de un plumazo puede ser deshecha de la misma forma por su sucesor», dijo Jeffrey Engel, director del Centro sobre Historia Presidencial de la Universidad Metodista del Sur en Dallas,.
«Los presidentes que son sucedidos por alguien que hizo campaña prometiendo deshacer su legado tienen una mayor tendencia a hacer cambios más dramáticos», agregó.
El experto destacó que una de las cosas que suelen hacer todos los mandatarios durante su período final en la Casa Blanca es terminar de atar cabos sueltos, intentando corregir situaciones que ellos consideran que deben arreglarse antes de que el nuevo gobierno entre en funciones.
Añadió que con frecuencia los presidentes pasan revista de la lista de temas ligados a su legado personal.
«No creo que Obama esté trabajando más duro en este tipo de asuntos que gobiernos anteriores», indicó Engel.
Sin límites
Aunque en Estados Unidos se suele catalogar a los presidentes salientes como «patos cojos», en referencia a la merma de su influencia al tener los días contados en la Casa Blanca, legalmente mantienen todas sus facultades hasta el momento en el que entregan el poder a su sucesor.
La responsabilidad presidencial llega hasta el último minuto, como bien comprobó el presidente Ronald Reagan, quien horas antes de ceder el mando a su sucesor quiso entregar a miembros de su equipo las llaves que controlan el arsenal atómico estadounidense, pero no se lo permitieron.
«Colin Powell, que entonces era asesor de Seguridad Nacional, le recordó que él seguía siendo el presidente hasta que hubiera la ceremonia de transición», comentó Engel.
Por ello, lo usual es que durante esas últimas semanas en el cargo los mandatarios sigan tomando decisiones, algunas de ellas polémicas.
El presidente George Bush, por ejemplo, se preocupó por amarrar alguna legislación en temas ambientales, así como en algunos acuerdos con China que él consideraba importantes.
«Hay que recordar que una de las decisiones más importantes que Bush tomó en política exterior fue enviar tropas estadounidenses a Somalia y fue tomada después de que él perdió las elecciones ante Bill Clinton. Así que es totalmente posible para un gobierno meter al país en un embrollo de política exterior en sus últimos días», señaló Engel.
¿Qué puede hacer Obama?
«Creo que el presidente Obama estará buscando vías para afianzar algo de su progreso en temas ambientales y en relaciones internacionales», dijo a BBC Mundo Michael D’Antonio, autor del libro «Un presidente consecuente: el legado de Barack Obama», al ser consultado sobre las acciones del mandatario en las próximas semanas.
«Esto puede incluir más jugadas como su decisión de proteger el Atlántico Norte de la explotación de hidrocarburos, así como inesperados avances diplomáticos», agregó.
Engel, por su parte, considera que el mandatario mantendrá bajo control la tentación de ir demasiado lejos.
«Estoy seguro de que Obama está interesado -como todos los presidentes- en asegurar su legado, pero como abogado experto en la Constitución, él entiende que todo lo que él puede hacer también puede ser deshecho por su sucesor. No he visto señales de que esté dispuesto a realizar cambios dramáticos«, apuntó.
El experto considera que la decisión reciente de prohibir explotar hidrocarburos en el Ártico es algo simbólico, algo pequeño cuando se pone en contexto, pues quedan aún muchos sitios donde sí está permitido buscar petróleo.
«George W. Bush aprobó una legislación similar para proteger nuevas áreas de la pesca excesiva durante la parte final de su presidencia, así que esto no es inusual», agregó.
D’Antonio, por su parte, cree que Obama debe estar preparando su próximo rol fuera de la Casa Blanca con una agenda interna y global. «Ambas podrían estar dominadas por el tema de la democracia. En este momento, la vida cívica está bajo presión dentro y fuera de Estados Unidos y creo que él está muy preocupado por esta situación».
El escritor también cree posible que durante estos días el mandatario estadounidense intente establecer algún tipo de entendimiento con su sucesor «por el bien del país».
«Sospecho que Obama piensa que Trump está poco preparado y que necesita asesoría», dijo.
Engel considera que durante estas semanas restantes, Obama estará trabajando en su mensaje de despedida.
«Él es uno de los mejores escritores que ha ocupado la Oficina Oval desde Teodoro Roosevelt y, en consecuencia, imagino que está trabajando muy duro para asegurarse de que sus palabras finales sean realmente suyas», dijo.
Pero, más allá del discurso, ¿es posible que Obama tenga preparada una decisión sorpresa antes de dejar la Casa Blanca?
«El ambiente político actual nos enseña que siempre debemos estar esperando sorpresas», concluyó Engel.
fuente:bbcmundo