El rabino Menajem Mendel Taub, líder de la dinastía jasídica Kaliv y sobreviviente del Holocausto, murió este domingo en su casa de Jerusalén a los 96 años de edad, informó el sitio The Times of Israel.
Como sobreviviente del campo de exterminio de Auschwitz, se le atribuye a Taub el recuerdo del Holocausto dentro de la comunidad ultraortodoxa, con un énfasis en la resistencia espiritual a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Taub nació en Transilvania en 1923 y fue transportado a Auschwitz en 1944, donde fue sometió a una experimentación química por parte del Dr. Josef Mengele, que como resultado le dejó una marca de por vida: el vello facial nunca más volvió a crecerle.
Sus hermanos y gran parte de su comunidad perecieron en la guerra. Taub se reunió con su esposa en Suecia después del Holocausto.
Taub con frecuencia hablaba con medios de noticias israelíes antes del Día del Recuerdo del Holocausto, que este año se llevará a cabo el próximo 2 de mayo, y no renegaba de esta jornada marcada oficialmente por el Estado de Israel, aunque era de la idea de que sería mejor gastarlo en la oración y el estudio de la Torá.
Parte de la comunidad judía ultraortodoxa rechaza esta fecha marcada por el Estado, que está vinculado al aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia, y en su lugar designan el ayuno del 10 de Tevet, que conmemora varias tragedias en la historia judía, como la fecha para recordar a las víctimas del Holocausto.
A pesar de su postura conciliadora, Taub, quien también estuvo detenido en el gueto de Varsovia, criticó el énfasis que el Estado de Israel daba a la resistencia física de judíos contra el nazismo.
“¿Por qué le damos más importancia a los luchadores físicos?”, dijo a The New York Times en 2000. “¿Qué hay de los rabinos y los estudiantes de yeshiva que se aferraron a los mandamientos religiosos hasta el final? ¿No defendieron el alma del pueblo judío? ¿No son tan importantes para Israel hoy como los F-16 y las bombas atómicas?”, dijo en aquella ocasión.
Taub atribuía su compromiso de salvaguardar la memoria de las víctimas del Holocausto por un incidente en el final de la guerra en el que fue detenido para ser arrojado al fuego por los guardias de las SS. Gritando la oración de “Shemá Israel”, asegura que negoció con Dios para que siguiera vivo y se comprometió a recitar la oración con los vivos. Durante el resto de su vida, en ceremonias en honor a las víctimas del Holocausto, Taub lideraría una recitación pública del “Shema Israel”.
“Vi a personas que fueron puestas en el fuego”, dijo al periódico Makor Rishon en 2001. “Uno de ellos gritó antes de que lo mataran: ‘Si uno de ustedes sobrevive, no se olvide de decir el Kaddish para mí ‘. Luego, cuando ocurrió el terrible Holocausto, comencé a pensar en perpetuar el recuerdo de las víctimas santas. ¿Quién dirá Kadish? ¿Quién contará la historia? ¿Quién dirá ‘Shema Israel?’”.
Después de la guerra, se mudó a Ohio en EE.UU., antes de emigrar a Israel en la década de 1960.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin elogió el domingo a Taub como una persona “que sufrió terriblemente como un preso en Auschwitz y dedicó su vida a la memoria de las víctimas, inspirado por un verdadero amor a Israel”.
Taub “dio voz al heroísmo espiritual de los judíos durante el Holocausto e hizo todo lo que pudo para honrar la memoria de sus víctimas. Su trabajo tiene una resonancia particular en la actualidad, ya que redoblamos nuestro compromiso de recordar y nunca olvidar”.
El primer ministro Benjamín Netanyahu expresó su “profunda pena” por la muerte de Taub.
Taub “sobrevivió a las atrocidades nazis durante el Holocausto y se dedicó a la reconstrucción del mundo de la Torá en Israel y la Diáspora judía. Al mismo tiempo, trabajó incansablemente para impartir la memoria del Holocausto, específicamente el heroísmo en los espíritus admirables de aquellos en los guetos y campos.
El momento de la muerte de Taub “cerca del Día de la Memoria del Holocausto fortalece nuestro compromiso eterno: recordar y no olvidar”, agregó Netanyahu.