DUBÁI, EMIRATOS ÁRABES UNIDOS — El enojo popular aumentó en Irán el lunes por el derribo por equivocación de un avión de pasajeros ucraniano y el intento del gobierno de ocultar su papel en el hecho, al tiempo que videos difundidos por internet parecen mostrar a fuerzas de seguridad disparando munición real y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes en las calles.
Los iraníes, que de antemano enfrentan duras sanciones impuestas por Estados Unidos, manifestaron su asombro y molestia por el derribo del avión que cobró la vida de muchos jóvenes. También condenaron los engañosos comunicados de altos funcionarios, que sólo admitieron su responsabilidad tres días después ante las crecientes evidencias.
El país inició la semana pasada envuelto en duelo después que un ataque estadounidense con dron mató al general Qassem Soleimani, quien dirigió las intervenciones militares regionales de Irán. Luego el 8 de enero, el país respondió con un ataque con misiles balísticos a dos bases militares que albergan tropas de Estados Unidos en Irak, si bien no cobró vidas. Horas después de ese bombardeo, mientras esperaban una respuesta estadounidense que nunca llegó, las fuerzas iraníes derribaron por error el avión de pasajeros de Ukraine International Airlines, matando a las 176 personas a bordo luego de su despegue de Teherán a Kiev.
Para un creciente número de detractores _de ciudadanos ordinarios a deportistas y artistas famosos_ los acontecimientos han revelado un gobierno incapaz de cumplir su incendiaria retórica y dispuesto a engañar a su propio pueblo sobre la tragedia nacional a fin de evitar la vergüenza.
Tales sentimientos estallaron primero el sábado por la noche, poco después de que la Guardia Revolucionaria admitió que el avión fue derribado por equivocación. Una vigilia con veladoras en una universidad rápidamente se convirtió en una protesta contra el gobierno.
«Mienten al decir que nuestro enemigo es Estados Unidos. Nuestro enemigo está justo aquí», gritaban los estudiantes.
La noche del domingo, los manifestantes se congregaron en la Plaza Azazi de Teherán.
Videos enviados al Centro por los Derechos Humanos en Irán, con sede en Nueva York, y posteriormente verificados por The Associated Press mostraban una multitud de manifestantes cerca de la Plaza Azadi huyendo mientras latas de gas lacrimógeno caían a su alrededor. Se veía a los asistentes toser y escupir mientras intentaban huir del humo, y una mujer exclamó en farsi «¡Lanzaron gas lacrimógeno a la gente! Plaza Azadi. ¡Muerte al dictador!».
En otro video se veía a varias personas cargando a una mujer y dejando un rastro de sangre en el suelo. Las personas que rodeaban a la mujer gritaban que había recibido un disparo con munición real en una pierna.
«¡Oh, Dios mío, no deja de sangrar!», gritaba una persona, mientras otra exclamaba «¡Hay que vendarla!».
Fotos y videos tomados tras el incidente mostraban charcos de sangre en la vereda.
El jefe de la policía de Teherán, el general Hossein Rahimi, negó más tarde que sus agentes hubieran disparado munición real.
«La policía trató a la gente que se había congregado con paciencia y tolerancia», dijo Rahimi, según declaraciones citadas por medios iraníes. «La policía no disparó en las congregaciones porque la amplitud de mente y la moderación ha sido la actitud de las fuerzas policiales de la capital».
La agencia semioficial de noticias Fars publicó que la policía «lanzó gas lacrimógeno en algunas zonas».
Sin embargo, los agentes uniformados de policía eran solo una parte de las fuerzas de seguridad desplegadas en gran número para las manifestaciones.
Policías antimotines con cascos y uniformes negros se congregaron el domingo en la plaza de Vali-e Asr, la Universidad de Teherán y otros lugares emblemáticos. Miembros de la Guardia Revolucionaria patrullaban en motocicletas y agentes vestidos de civil recorrían la ciudad. La gente miraba al suelo al pasar deprisa junto a la policía, tratando de no llamar la atención.
La Guardia Revolucionaria ya había sido acusada de disparar contra manifestantes en las protestas contra el aumento del precio de la gasolina decretado por el gobierno en noviembre. Unas 300 personas murieron en los altercados, según reportes.
Ebrahim Raisi, responsable del sistema judicial iraní, hizo una advertencia a los manifestantes y dijo, sin presentar pruebas que «agentes de Estados Unidos y agentes de países extranjeros» querían aprovechar el descontento por el avión para «comprometer» la seguridad de Irán.
El lunes también se veían policías antimotines y otros agentes de seguridad en las calles de Teherán.
La mayoría de quienes iban en el vuelo de Ukraine International Airline eran iraníes y canadienses-iraníes. Durante tres días, Irán descartó que el avión haya sido atacado, sugiriendo que el accidente fue causado por una falla técnica. Las autoridades admitieron finalmente el sábado que habían derribado la aeronave por error, ante el aumento de evidencia y luego que gobiernos occidentales acusaron a Irán de estar detrás del incidente.